El Reino donde nunca se pone el Sol
¡Arriba Perú,
que Rusia te espera…! [Octava y Última Parte]
En 1984 el Campeonato Descentralizado sufrió una modificación
estructural muy importante porque fueron potencializados los Campeonatos
Regionales durante la primera parte porque fueron inscritos 25 clubes y sólo 14
clasificarían para la segunda parte que mantendría el nombre de Descentralizado.
Entonces, quedaron divididos en cuatro zonas geográficas: Metropolitano (10);
Norte (5); Sur (5) y Centro (5). Mientras
los equipos que disputaban el Torneo Metropolitano tenían derecho a seis plazas
los clubes de las otras tres regiones pugnaban por solamente dos cupos. Después
los cuatro mejores ubicados eran emparejados y jugaban un Play Off a doble
partido para acceder a la segunda fase del campeonato nacional con 14 clubes
clasificados. El máximo vencedor en 26 partidos se consagró campeón nacional (y
fue el Sport Boys de Miguel “El Chueco” Calderón). En 1983 habían jugado 17
clubes en el sistema de todos contra todos a dos vueltas y los seis mejores
disputaban una Liguilla final para definir el campeón nacional del fútbol
profesional peruano. Y anteriormente, entre 1975 y 1982, había quedado
establecida la participación de 16 equipos; aunque no hubo una programación
única de cada campeonato, o sea, fue muy variable.
Todavía se está discutiendo sobre lo nocivo que ha sido para el fútbol
peruano aquella reforma del ’84 respecto a la maximización de los Campeonatos
Regionales, que se extendió hasta 1991. En ese lapso de tiempo, la selección
nacional peruana participó en las eliminatorias para México ’86 e Italia ’90.
En 1985, dirigidos por Roberto Chale, estuvieron muy cerca porque le ganó dos
veces a Venezuela y con Argentina compitió muy bien con triunfo e igualada. Su
verdugo fue Colombia, que en la primera fecha les derrotó en Bogotá y después
les arañó un empate sin goles en Lima. Todos hablan del último juego con los
argentinos en Buenos Aires; pero realmente la piedra en el zapato peruano
fueron los cafeteros. Después en la primera serie de repesca continental ante
Chile perdieron por partida doble. Fue el adiós de una generación muy talentosa
y triunfadora; pero también fue el inicio de una etapa de constantes frustraciones
para el fútbol peruano. Justamente, durante la fase premundialista de 1989 Perú
no ganó ni empató en los cuatro partidos (de ida y vuelta) disputados con
Bolivia y Uruguay. En las Copas América de Argentina ’87 y Brasil ’89, el
cuadro Bicolor quedó eliminado en la fase de grupos. Atrás quedaron los buenos
resultados en los tres torneos continentales anteriores: el título de 1975 y
las semifinales de 1979 y 1983. A partir de la segunda mitad de la década del ’80
Perú comenzó a perder su figura protagónica en América del Sur.
A nivel local, el Campeonato Descentralizado de 1992 significó el retorno
a la normalidad en la principal competición balompédica del Perú, que
estableció la participación de 16 clubes en la máxima categoría hasta el 2018.
Al año siguiente, el torneo peruano adoptó el nombre de Liga 1 (Movistar) con
18 clubes; y al terminar esa temporada fue decidido el aumento a 20 equipos de
cara a la Liga 1 2020, o sea, por primera vez el certamen nacional permitió esa
cantidad de conjuntos. La pandemia Covid-19 obligó a detener la liga peruana cuando
fue completada la sexta fecha y por eso todavía no se está jugando fútbol en el
Perú.
En la arena internacional, la selección peruana tuvo más sombras que luces
en las siguientes décadas:
ü 1990 – 1999: Perú
fue de menos a más; pero sin premio. En las Eliminatorias Estados Unidos ’94
perdieron cinco partidos (cuatro de ellos con Colombia y Argentina y otro con
Paraguay) y el último día empataron con los paraguayos en Lima. Sin embargo, con
Juan Carlos Oblitas en el banquillo les fue mejor durante el ciclo eliminatorio
(1996 – 1997) rumbo a Francia ’98. El gran detalle fue que a partir de ese
momento la CONMEBOL adoptó un calendario único para la fase preliminar de las
Copas del Mundo en América del Sur, o sea, el sistema de dos rondas con
partidos de ida y vuelta. Perú compitió bien en casa pues no perdió en Lima (cinco
victorias y tres empates); pero no rindió a buen nivel como visitante (dos éxitos,
una igualada y cinco derrotas). Con esos resultados quedó quinto y sólo habían
cuatro plazas en disputa. Se habla mucho del partido en Santiago ante Chile;
pero la verdad es que los empates como local pesaron mucho, sobre todo aquel
frente a Ecuador. En las Copas América de Chile ’91, Ecuador ’93, Uruguay ’95, Bolivia
’97 y Paraguay ’99, la Blanquirroja tuvo resultados dispares: quedó eliminada
en la fase de grupos en Chile y en Uruguay; fue cuartofinalista en Ecuador y en
Paraguay; y en Bolivia quedaron en la cuarta posición. Además, ganaron la Copa
Kirin ’99, un torneo triangular amistoso que se celebra en Japón (se llevaron
el trofeo a casa por haber anotado el primer gol del torneo en el empate con
Bélgica).
ü 2000 – 2009: Perú
vivió la década más triste y
desesperanzadora. Rumbo a Corea y Japón ’02 la Bicolor quedó en octavo
lugar porque obtuvo cuatro victorias, igual cantidad de empates y diez derrotas.
Rumbo a Alemania ’06 bajaron al noveno escaño pues otra vez ganaron cuatro
partidos, igualaron seis y perdieron ocho. En ambas ocasiones comenzaron con
buenos resultados y fueron incapaces de mantenerlos o mejorarlos. Rumbo a
Sudáfrica ’10 nunca estuvieron cerca de la zona de clasificación y fueron
relegados al décimo y último puesto con tres triunfos, cuatro empates y once
descalabros. Por otra parte, en las Copas América de Colombia ’01, Perú ’04 y
Venezuela ’07 fueron eliminados en los cuartos de finales. Ganar por segunda
vez la Copa Kirin ’05 (primer lugar compartido con Emiratos Árabes Unidos) no
significó nada.
ü 2010 – 2018: Perú
comenzó una recuperación para fundar la esperanza de volver a la élite. Rumbo
a Brasil ’14 la Blanquirroja quedó en séptimo lugar con cuatro victorias, tres
empates y nueve fracasos. En aquel proceso volvió a comenzar bien y, una vez
más, se desinfló. Sin embargo, obtuvieron el tercer lugar en las Copas América
de Argentina ’11 y de Chile ’15, este último con Ricardo Gareca en el comando
técnico. Y alcanzó los cuartos de finales en la Copa América Centenario Estados
Unidos ’16. Además, ganaron su tercera la Copa Kirin ’11 sin marcar un gol (compartido
con República Checa y Japón). Durante mucho tiempo, desde 1985, la afición
peruana sufrió innúmeras decepciones en los torneos clasificatorios a las copas
del mundo. El proceso camino a Rusia ’18 (2015 – 2017) parecía ser uno más para
caer en la desilusión porque fue muy complejo al interior del equipo.
Recordemos que durante 15 fechas, la Bicolor estuvo fuera de la zona de
clasificación. Pero justo en la Decimosexta Jornada, los pupilos de Gareca entraron
en los puestos de clasificación directa (cuarto lugar) con una buena victoria
en Quito ante Ecuador y la combinación favorable de otro resultado, es decir, la
derrota de Chile ante Bolivia en La Paz. Finalmente, en los dos últimos
compromisos disputados en octubre de 2017 la Bicolor conquistó sendos épicos
empates en Buenos Aires ante Argentina y en Lima frente a Colombia para ganar
el derecho a jugar la Repesca Internacional contra Nueva Zelanda. Perú se
creció y superó esa prueba con mucho coraje para regresar al certamen supremo
del fútbol mundial tras un empate sin goles en Wellington y una emocionante
victoria en Lima con tantos de...
2:0 Christian Ramos (15) remata un tiro de esquina ejecutado por Cueva
Oblitas como Director Deportivo de la Federación Peruana de Fútbol y Gareca
en su puesto de Seleccionador Nacional fueron dos protagonistas de esa
clasificación añorada. Dos grandes jugadores de fútbol y exitosos como entrenadores
a nivel de clubes trabajaron juntos por un bien mayor. Oblitas apoyando institucionalmente
al hombre por el cual apostó; y Gareca con la sabiduría de manejar un colectivo
tachado de conflictivo e indisciplinado; pero con buenos jugadores, que él supo
motivar y hacerles creer que era posible llegar a Rusia y no esperar a Qatar ’22.
Oblitas y Gareca fueron rivales en 1985; y 30 largos años después (2015) el
destino los unió para devolver a Perú a las Copas del Mundo.
Oblitas y Gareca en el 2015
¡Rusia recibió de brazos
abiertos a la Bicolor después de ocho intentos fallidos y materializar el sueño
a la novena oportunidad! Nadie pensó que Perú demoraría tanto tiempo en volver
a una Copa Mundial después de la controvertida participación en España ’82. Pero
atrás quedaron 35 años traumáticos para el fútbol peruano y ahora se mira al
futuro con mucha esperanza.
Alineación del juego decisivo ante Nueva Zelanda en Lima.
Atrás: Advíncula, Farfán, Rodríguez (capitán), Ramos, Tapia y Gallese
Al frente: Polo, Flores, Cuevas, Ruidíaz y Trauco
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¡Arriba Perú, que Rusia te espera…! [Séptima Parte]
En muy poco tiempo, “Tim” le devolvió la autoestima a la selección
nacional del Perú y así encaró la eliminatoria de 1981. Los buenos resultados provocaron
que la afición peruana comenzase el año 1982 con muchas ilusiones de ver
brillar a su equipo en la Copa del Mundo. Para eso era necesaria una buena
preparación ya que el grupo que les tocó en el sorteo no era nada fácil: dos
equipos europeos de alto nivel y un once africano mundialmente desconocido.
Entonces, los ejecutivos de la FPF decidieron revivir el experimento fallido de
1972, o sea, la gira por tres continentes. Detalle: la diferencia es que en
aquella época se hizo para preparar la fase preliminar rumbo a Alemania Federal
’74 y, diez años después, fue realizada luego de conseguir la clasificación. En
la siguiente tabla puede apreciarse una comparación entre ambos procesos de
topes amistosos. Como un detalle estadístico, que considero interesante enfatizar,
informo que sólo dos futbolistas estuvieron en dichas excursiones: José “El
Patrón” Velásquez, que jugó como titular prácticamente todos los partidos; y
Rubén Toribio “Panadero” Díaz, que en 1972 sólo disputó tres y diez años más
tarde alineó casi siempre en el once inicial. Infelizmente, el gran capitán Héctor
Chumpitaz, que también fue de la partida en 1972, no pudo estar con sus
compañeros porque en diciembre de 1981 sufrió una lesión muy grave, que a la
postre le impidió jugar su tercera Copa del Mundo.
Las giras de
Perú por tres continentes
1972: Lajos Baróti (húngaro)
|
1982: “Tim” (brasileño)
|
Mar. 29 Colombia 1x1 Muñante
|
Abr. 04 Cosmos 5x1
Uribe [p]
|
Abr. 05 México 2x1
Cubillas
|
Abr. 08 Fiorentina 0x1
Leguía
|
Abr. Puebla 1x0
|
Abr. 14 Inter/Milán 1x2
Leguía; Malásquez
|
Abr. 12 Magreb 1x1 Percy
Rojas
|
Abr. 18 Hungría 1x2
Uribe (2)
|
Abr. 19 URSS 2x0
|
Abr. 21 Deportivo 1x1 Uribe
|
Abr. 23 Rumania 2x2 Percy
Rojas; Cubillas
|
Abr. 25 Argelia 1x1
Cueto
|
Abr. 26 Escocia 2x0
|
Abr. 28 Francia 0x1 Oblitas
|
May. 03 Holanda 3x0
|
9–9 // 4
victorias
|
14–5 // 3 empates
|
0 2 empates
|
-9 5 derrotas
|
1 derrota
|
Durante los meses de marzo y abril de 1982, la Blanquirroja tuvo dos instantes
claves de su preparación para la Copa. Primeramente, tuvo un tope con Chile
(que también obtuvo su pase al Mundial) a doble partido con el siguiente saldo:
derrota en Santiago y triunfo en Lima. Y después partieron a una gira por tres
de los cinco continentes, en la cual tres de sus rivales también habían
clasificado al Mundial:
ü América: el viaje a Estados Unidos para enfrentar al famoso
New York Cosmos de la extinta North American Soccer League – NASL fue el
instante menos productivo de la gira. La goleada fue de escándalo y hubo una
gresca, en la cual uno de sus protagonistas revivió lo acontecido en el Mundial
’78: el holandés Johan Neeskens se lesionó en aquel juego ante Perú disputando
un balón con Cueto y Quiroga lo cargó en brazos para sacarlo de la cancha; días
después perdió la final con Argentina y hasta llegó a decir que Perú se vendió en
aquella noche fatídica de Rosario. Por eso quiso pegarle a los peruanos y
parecía un loco poseso. Terminó expulsado por su conducta antideportiva y hasta
hoy le tiene rencor a los peruanos por causa del episodio de la presunta
“echada” ante la Albiceleste en la Caldera del Diablo.
ü Europa: el paso por tierras europeas fue el punto más alto
de la gira porque Perú ganó dos partidos ante Hungría y Francia – ambos
clasificados para la Copa – jugando muy bien. Le voltearon el partido a los
magyares en Budapest y después bailaron a los galos en París. Y ante los clubes
italianos de la porción centro-norte los peruanos se lucieron también. Por
ejemplo, antes del domingo 18 de abril de 1982 faltaban cinco fechas y la
Fiorentina estaba discutiéndole el campeonato a la Juventus (líder y finalmente
campeón); el Internazionale (que terminó quinto) ocupaba la tercera posición
empatado con el Napoli (que concluyó cuarto por mejor gol average) y el Milán no tenía opciones claras de mantener la
categoría y al final la perdió yéndose a la Serie B. En fin, la Bicolor le ganó
al futuro subcampeón italiano en Florencia y en Milán doblegó a un combinado de
jugadores procedentes de los clubes más célebres de la capital de la región
lombarda (neroazzurris y rossoneros). El dato interesante es que
en los equipos italianos enfrentados habían 12 futbolistas que participaron en
el Mundial y cuatro de ellos jugaron como titulares contra Perú: Giancarlo
Antognoni y Francesco Graziani (Fiorentina); Giampiero Marini (Inter) y Fulvio
Collovati (Milán). Sobre el juego con el Deportivo La Coruña (que entonces
militaba en la segunda división) nadie habla tal vez porque le arañó un empate
a Perú en el último minuto.
ü África: la visita a Argelia se saldó con un empate a un
tanto por bando y repitió el mismo resultado de diez años atrás cuando la
Blanquirroja enfrentó a un combinado de jugadores argelinos y marroquíes (que
ocasionalmente se unieron bajo el nombre de Magreb). En aquella época el fútbol
africano era menos conocido, valorado y respetado. A modo de información puedo
decir que hasta 1972 Egipto y Ghana eran los máximos campeones continentales
con dos copas per cápita. Además, los ghaneses habían perdido dos finales y los
egipcios una. Y hasta 1982 las “Estrellas Negras” conquistaron un par de
torneos más para así convertirse en la selección más ganadora del Continente.
Por su parte, “Los Zorros del Desierto” comenzaban a hacerse sentir en África
con un subcampeonato en 1980 y un cuarto puesto en 1982 guiados por una de sus
estrellas Rabah Madjer, que marcó el gol del empate ante Perú. Me pregunto:
¿por qué razón fue elegida la opción de topar con Argelia, un equipo en
ascenso, y no con los últimos campeones africanos, que habían derrotado a los
argelinos en partidos decisivos: Nigeria venció la final de 1980 e irguió su
primera copa; y Ghana los eliminó en la semifinal de 1982 para después alzar su
cuarto trofeo? ¿Será que para la FPF era más pertinente enfrentarse a una
selección clasificada para la Copa del Mundo y no a las mejores selecciones
africanas del momento, que demoraron en llegar a una fase final mundialista? ¿Realmente
los directivos peruanos creían que Argelia era el medidor adecuado para
preparar el partido inaugural ante un rival como Camerún? Lo que está muy
claro, en este sentido, es que la diversidad del futbol africano no era conocida
aún en América. Lo negativo fue la lesión de Roberto Rojas, que era un titular
indiscutible para “Tim”.
Regreso a casa después de la Gira Tricontinental
El balance de la gira fue positivo en sentido general y en mayo fue
culminada la preparación en Lima jugando más partidos hasta totalizar 17. El match de mayor porte fue la victoria
frente a Rumanía antes de poner proa Europa para entrenar en Alemania y después
arribar a España. Pero antes de abordar la aeronave Iberia “Tim” facilitó la
lista definitiva, en la cual hubo ausencias por lesión grave y decisiones
técnicas, así como algunas sorpresas.
Los fijos eran los más experimentados que brillaron en 1981 y en la
gira: Ramón Quiroga, Jaime Duarte, Rubén Díaz (como nuevo capitán), José Velásquez,
César Cueto, Guillermo La Rosa y Juan Carlos Oblitas (que se incorporó tarde a
la gira y sólo jugó en Paris). Abro un paréntesis con Gerónimo Barbadillo, que
rindió mucho en las eliminatorias; pero no estuvo en la gira ni en los otros
topes de preparación. Para “Tim”, “Patrulla” era un hombre probado y por eso le
permitió disputar la final de la Liga Mexicana justo a inicios del mes de junio,
que su equipo terminó ganando por segunda vez, y después el jugador se
incorporó al colectivo (una semana antes del comienzo de la Copa Mundial).
Otros que ganaron la categoría de asegurados en la selección fueron los jóvenes
Julio César Uribe y Jorge Olaechea por sus méritos acumulados junto a los
veteranos durante el proceso de “Tim”. En el caso de Germán Leguía hay que
decir que se ganó el puesto en buena lid durante la gira pues no había tenido
oportunidades en 1981. En esa misma situación estuvieron Eduardo Malásquez y Miguel Ángel Gutiérrez (que supo suplir la baja de Rojitas). Los
guardametas reservas Eusebio Acasuzo y José González Ganoza estaban decididos
desde 1981. Rafael Salvador Salguero fue finalmente el elegido de “Tim” para
suplir la ausencia de Chumpitaz. Otros noveles como Hugo Gastulo, Luis Reyna y
Franco Navarro se mantuvieron en las convocatorias del estratega brasileño. Las
sorpresas fueron Oscar Arizaga (tal vez en detrimento de Raúl Obando y Percy
Maldonado) y el incombustible Percy Rojas, que desde su expulsión ante Chile en
1979 no había sido llamado a filas por ningún técnico. Esa decisión de “Tim” le
cerró el paso a Freddy Ravello, que había estado como reserva en las
eliminatorias, y a Juan Caballero, que estuvo en la gira junto a Ravello. Otro
damnificado fue Alberto Castillo (19 años), un jugador destacado en el Atlético
Chalaco. Se dice que lo excluyeron para darle paso a Teófilo Cubillas.
Mapa de factores para la gestión
de egos en un grupo humano
Jugadores
|
Edad
|
Raza
|
Clubes
|
CA
|
M
|
FE
|
EPE
|
NCT
|
Díaz
|
30
|
Mestizo
|
Sporting Cristal
|
X
|
’78
|
2
|
[A]
|
|
Quiroga
|
31
|
Blanco
|
Sporting Cristal
|
’78
|
2
|
Argentina
(dos clubes)
|
[A]
|
|
Uribe
|
24
|
Negro
|
Sporting Cristal
|
1
|
[A]
|
|||
Gutiérrez
|
25
|
Mestizo
|
Sporting Cristal
|
1
|
[D]
|
|||
Reyna
|
23
|
Blanco
|
Sporting Cristal
|
1
|
[D]
|
|||
Duarte
|
27
|
Mestizo
|
Alianza Lima
|
’78
|
2
|
[A]
|
||
Olaechea
|
25
|
Negro
|
Alianza Lima
|
1
|
[A]
|
|||
Salguero
|
30
|
Mestizo
|
Alianza Lima
|
[A]
|
||||
González G.
|
27
|
Negro
|
Alianza Lima
|
X
|
2
|
[D]
|
||
Leguía
|
28
|
Blanco
|
Universitario
|
’78
|
[B]
|
|||
Acasuzo
|
30
|
Blanco
|
Universitario
|
X
|
1
|
[D]
|
||
Gastulo
|
24
|
Blanco
|
Universitario
|
[D]
|
||||
Malásquez
|
24
|
Mestizo
|
Deportivo Municipal
|
1
|
[D]
|
|||
F. Navarro
|
20
|
Blanco
|
Deportivo Municipal
|
[D]
|
||||
Arizaga
|
24
|
Negro
|
Atlético Chalaco
|
[D]
|
||||
La Rosa
|
30
|
Negro
|
Atlético Nacional [Colombia]
|
’78
|
1
|
[B]
|
||
Cueto
|
30*
|
Mestizo
|
Atlético Nacional [Colombia]
|
X
|
’78
|
1
|
[A]
|
|
Velásquez
|
30
|
Negro
|
Independiente Medellín [Colombia]
|
X
|
’78
|
3
|
Estados Unidos
|
[A]
|
Cubillas
|
33
|
Negro
|
Fort Lauderdale Strikers
[EUA/NASL]
|
X
|
’70
’78
|
4
|
Suiza y Portugal
|
[A]
|
Barbadillo
|
27
|
Negro
|
Tigres UANL [México]
|
X
|
2
|
[B]
|
||
Oblitas
|
31
|
Blanco
|
Sérésien [Bélgica]
|
X
|
’78
|
3
|
España y
México
|
[A]
|
P. Rojas
|
32
|
Blanco
|
Sérésien [Bélgica]
|
X
|
’78
|
3
|
Argentina
|
[I]
|
Leyenda:
CA Campeones de América ’75
M Mundialistas
FE Fases Eliminatorias 1965-1981:
cinco veces
EPE Experiencias Profesionales
en el Exterior: cantidad de clubes y países
NCT Nivel de Confianza del
Técnico: [A] Absoluto; [B] Bueno; [D] Debutante; [I] Indefinido
* Cumplió esa edad durante
el torneo
La tabla anterior nos invita a reflexionar sobre la fase final del
efímero proceso de “Tim” al frente de la selección nacional peruana. Él tuvo a
su cargo a diez mundialistas, a nueve campeones continentales, 18 de los
convocados habían participado por lo menos en una fase eliminatoria de la Copa
Mundial y ocho tenían experiencia de jugar en ligas extranjeras. En fin, no era
un grupo de meros bisoños pues tenía un promedio de edad de 27,5 años, o sea,
un cociente que tiende a reflejar la mezcla de juventud y experiencia. No
obstante, el once titular mundialista expresaba una media de 29 años, lo cual sería
considerado un síntoma del dominio de la experiencia y del oficio de jugador
profesional.
Los titulares del partido inaugural disputado contra Camerún: Díaz, Duarte, Salguero, Cubillas, Uribe, Velásquez, Leguía, Cueto, Olaechea, Oblitas y Quiroga
En el análisis de la Bicolor mi foco es poner en solfa los factores
que explican por qué cayó tan estrepitosamente en una tarde coruñesa de 1982.
En honor a la verdad es preciso decir que el fracaso se fraguó mucho antes de
la Copa y en eso hay una gran diferencia con lo sucedido en Argentina cuatro
años antes. Entonces, las preguntas son las siguientes: ¿qué pasó con la
selección peruana en 1982 antes y durante el Mundial de España? Y ¿qué
aconteció después con los jugadores convocados a esta Copa?
· La fase preparatoria tuvo más sombras que luces. La Bicolor jugó muchos partidos en poco tiempo y se
trasladó a varios confines del mundo. No es menos cierto de que en la mayoría
de los cotejos obtuvo buenos resultados, lo cual provocó que algunos sólo
viesen luz cuando la realidad demostró que a la postre fueron “sombras nada
más” como dice la canción – compuesta por Francisco Juan Lomuto y José María
Contursi Briano – interpretada por Javier Solís. Entre los jugadores hay
opiniones divididas: para Velásquez haber jugado tantos partidos no fue motivo
de cansancio; Uribe de alguna forma concuerda con “El Patrón” y sólo tiene
elogios para la gira tricontinental; en cuanto a la excursión, Leguía coincidió
con Uribe y, no obstante, afirmó que fueron demasiados partidos y eso mermó la
capacidad física de los atletas; Oblitas se expresó en el mismo sentido que
Leguía. La cuestión de la preparación física volvió a ser un punto
problemático. El profesor Luis Zacarías recordaba que en la Copa anterior los
peruanos bajaron físicamente en la segunda ronda y quiso tomar medidas para que
eso no se repitiese. ¡Y se le fue la mano! Por indicación suya el equipo viajó
a Alemania Federal para concentrarse dos semanas en Colonia donde trabajaría
exclusivamente la parte física y nada de patear la pelota. Según Leguía eso no
le hizo bien al seleccionado nacional y en la fase de grupos ya mostraron
dificultades en el tono físico para jugar. En el partido inaugural los peruanos
enfrentaron un equipo con recursos técnicos del medio hacia el frente y,
además, muy fuerte físicamente, que los desgastó durante 90 minutos.
· El manejo del grupo dejó mucho que desear. “Tim” consiguió armar un buen colectivo en 1981 y
cuando los resultados salieron como todos esperan, entonces las cosas iban bien
y primó el buen rollo con un vestuario muy unido. Pienso que hasta el regreso
de la gira tricontinental el grupo humano estaba aún en buena sintonía. Pero
las cosas comenzaron a torcerse cuando se tomó la decisión de incluir a
Cubillas en el plantel mundialista. Eso alteró la ecología del colectivo y así
los egos se dispararon. Entiéndase lo siguiente: el equipo jugó mejor y se
clasificó sin él; y en la excursión “allende los mares” tampoco lo necesitaron
para triunfar y dar espectáculo. En ese sentido, el grupo parecía estar unido
en torno a una idea de equipo integrado por buenos futbolistas. Cubillas era la
gran figura del fútbol peruano y mundial. Además, hasta 1982 era el quinto
goleador en Copas del Mundo superado en este orden por Gerd Müller (alemán que
era colega suyo en los Strikers); Just Fontaine (francés); Pelé (Brasileño) y
Sandor Kocsis (Húngaro). ¿Qué técnico llevaría a dicho crack a una Copa del Mundo para calentar la banca? Para “Tim”, y su
ayudante Ramón Mifflin, Cubillas era titularísimo y por eso lo alineó ante
Colombia en Bogotá. Es verdad que “El Nene” no tuvo su tarde pues falló un
penalti; pero eso no minó la confianza que le tenía el estratega brasileño. Y de
cierta manera, como en Argentina ’78, él volvió a ser uno de los factores de
desunión en el equipo ya que su regreso parece haber agradado mucho fundamentalmente
a los viejos aliancistas que jugaron con él y lo veneraban: Cueto, Velásquez,
La Rosa, Duarte, Salguero y González Ganoza. Hubo otros a los que no les sentó
nada bien esa inclusión o imposición de tal figura estelar siendo Uribe el
mayor representante de ese malestar; aunque no parece haberle faltado el
respeto su compañero. Inclusive, antes del partido en Bogotá Uribe decía que
estaba feliz por jugar al lado de uno de sus ídolos. Pero el tiempo pasó y Uribe
ganó mucho peso en la Bicolor. También se dice que Oblitas era la cara visible
de otro grupo que reaccionó a ese mal ambiente y tampoco puede afirmarse que se
encaró con Cubillas o Uribe. El capitán Díaz siempre se sintió identificado con
Uribe y Oblitas; pero – al igual que Chumpitaz – nunca dejó de respetar a
Cubillas. En todo colectivo humano siempre hay desavenencias y varias cosas no
han sido dichas hasta hoy por razones obvias. Lo único cierto es lo que dijeron
Uribe y Leguía sobre la ruptura del grupo. El primero señaló que no sabe cuándo
ni cómo sucedió la desunión; y el segundo fue más certero al aseverar que
cuando se perdió la humildad el equipo se fue abajo. El propio Uribe le reclamó
a “Tim” por haberlo sustituido en el juego contra Italia y lo acusó de quererlo
perjudicar en su carrera deportiva. La actitud de Barbadillo también vale la
pena comentarla porque cuando llegó a la concentración le comunicaron que no
estaría en el once inicial ante Camerún, entonces él no se sintió cómodo en el
colectivo porque creía que debía ser titular siempre. Cuatro años atrás había
sido convocado por Calderón y prefirió jugar la final del torneo mexicano
porque sabía que “JJ” Muñante era el titular en la punta derecha; y muchos años
después afirmó que si hubiese sabido con anterioridad que no jugaría de inicio
ante “Los Leones Indomables” nunca se hubiese presentado porque prefería irse
de vacaciones con su familia. Evidentemente, los egos pudieron más que el
espíritu de equipo que tuvieron en las eliminatorias de 1981. Otro elemento
esencial es que “Tim” fue perdiendo su autoridad ante sus jugadores. Oblitas
advirtió algo raro durante la previa del juego contra Francia en Paris porque
su técnico le comunicó que no alinearía como titular y después supo, a través
de Julio Nater – el jefe de equipo, que sería de la partida. “¡A buen
entendedor, pocas palabras [bastan]!”
· Hubo decisiones de la dirección técnica que fueron
contradictorias y otras fueron las adecuadas. “Tim” llegó a Perú con la aureola de que tenía las ideas muy claras
de cómo debía jugar un equipo. La Blanquirroja jugó bajo el esquema 4-3-3 para
clasificar al Mundial. Pero en 1982 parece que “Tim” ya no lo tenía tan claro y
debido a ausencias importantes en el frente de ataque decidió repensar su
pizarra táctica con un 4-5-1 o un 4-4-2 (ver la primera tabla más abajo). El
4-5-1 es el esquema para un equipo que pretende dominar el medio
sector haciéndose con el mando del match
y así fue planteamiento de “Tim” en Budapest y Argel dejando sólo en punta al
ariete La Rosa con Malásquez y Leguía como denominados “punteros mentirosos”,
que se movían por las alas izquierda y derecha respectivamente mientras Uribe
hacía de mediapunta para armar las jugadas en combinación con Cueto. Y el 4-4-2 constituye el diseño standard que tiene fama de ser el sistema de juego más equilibrado
sobre todo si el equipo mantiene las líneas juntas, o sea, cuando se muestra
como un equipo corto. Por ejemplo, en Paris los atacantes fueron La Rosa y
Oblitas mientras Leguía jugó en la medular moviéndose por la derecha y Uribe parecía
cubrir el lado izquierdo, aunque con tendencia de irse al medio para juntarse
con Cueto ya que para cubrirle la espalda como apoyo estaba Gutiérrez
(sustituto del lesionado Rojitas) y Oblitas también bajaba a defender. En el
juego de despedida en Lima ante los rumanos “Tim” volvió a montar ese mismo
diseño con ciertas modificaciones: Salguero entró como central, Olaechea fue
desplazado al lateral zurdo en detrimento de Gutiérrez e ingresó Cubillas en la
delantera por La Rosa. Y para el partido inaugural de la Copa ante los
cameruneses “Tim” repitió la fórmula de Budapest y Argel, o sea, los que
abrieron en el once inicial en La Coruña fueron los mismos que alinearon en
varios topes amistosos disputados en Lima; pero enfatizando un enroque de
posiciones en el sector ofensivo: Cubillas estaba en su posición natural como mediocampista
ofensivo y Uribe fue colocado como ariete. Oblitas también retrasó su posición
en la banda izquierda y Leguía ejercía las mismas funciones por la derecha. Fue
ahí que el estratega brasileño pareció haber perdido la brújula. El problema no
es cambiar de sistema de juego, sino saber enviar a la cancha a los mejores por
posición. En primer lugar, el «9» titular de ese equipo era, sin dudas, La Rosa
y nunca debió ser el sacrificado. Poner en ese puesto a Uribe significó jugar
con uno menos porque el crack celeste
estaba acostumbrado de tener el arco rival de frente y no estar de espaldas
para recibir y girar como estaba habituado “El Tanque”. En segundo lugar, realmente,
en aquel momento “El Diamante” era el mejor «10» del Perú y había sido
designado por el diario venezolano El
Mundo como el tercer mejor jugador de América del Sur en 1981 por detrás de
dos grandes «camisas diez» del momento: Diego Armando Maradona (argentino) y
Zico (brasileño), declarado «El Mejor Futbolista de Sudamérica». Cubillas ya no
era el mismo de los años ’70 y con su presencia en la medular Perú perdía el
dinamismo y la electricidad que aportaba Uribe. En tercer lugar, digan lo que
digan, Leguía hizo méritos para ser titular a pesar de no tener las cualidades
técnicas de Barbadillo, que llegó desgastado físicamente por haber disputado
una final de campeonato y eso se reflejó en su bajo rendimiento durante la
Copa. En cuarto lugar, la apuesta en Salguero como titular le restó seguridad y
contundencia al centro de la defensa, en la cual Olaechea estaba firme al lado
de Díaz. A pesar de que Gutiérrez lo había hecho bien tras la lesión de Rojitas
eso no fue suficiente para ganarse la confianza de “Tim”. Y, en quinto lugar, la
política de cambios de “Tim” en la Copa del Mundo (ver la segunda tabla abajo)
no surtió efecto ante los correosos cameruneses; funcionó mejor en el juego con
los italianos debido a la costumbre que tenían los azzurris de aferrarse al catenaccio
cuando tienen ventaja en el marcador; y fue un desastre total en el partido
decisivo frente a los polacos ya que el equipo peruano “hizo aguas” a partir
del primer gol, que fue precedido por un error garrafal de Velásquez en la
entrega del balón, el cual fue interceptado por la línea de volantes europeos.
Las opciones de
la pizarra táctica de “Tim” (1981 – 1982)
Lima ’81
0x0 Uruguay
[Sept. 6]
|
Budapest ’82
Hungría 1x2
[Abr. 18]
|
Argel ’82
Argelia 1x1
[Abr. 25]
|
Paris ’82
Francia 0x1
[Abr. 28]
|
Lima ’82
2x0 Rumania
[Mayo 16]
|
Quiroga
|
Quiroga
|
Quiroga
|
Quiroga
|
Quiroga
|
Duarte
|
Duarte
|
Duarte
|
Duarte
|
Duarte
|
Díaz
|
Díaz
|
Díaz
|
Díaz
|
Díaz
|
Chumpitaz
|
Olaechea
|
Olaechea
|
Olaechea
|
Salguero
|
R. Rojas
|
R. Rojas
|
R. Rojas
|
Gutiérrez
|
Olaechea
|
Velásquez
|
Velásquez
|
Velásquez
|
Velásquez
|
Velásquez
|
Cueto
|
Cueto
|
Cueto
|
Cueto
|
Cueto
|
Uribe
|
Uribe
|
Uribe
|
Uribe
|
Uribe
|
Barbadillo
|
Leguía
|
Leguía
|
Leguía
|
Leguía
|
La Rosa
|
Malásquez
|
Malásquez
|
Oblitas
|
Oblitas
|
Oblitas
|
La Rosa
|
La Rosa
|
La Rosa
|
Cubillas
|
4-3-3
|
4-5-1
|
4-5-1
|
4-4-2
|
4-4- 2
|
La pizarra
táctica de “Tim” en el Mundial
La Coruña ’82
0x0 Camerún [Jun. 15]
|
Vigo ’82
1X1 Italia [Jun. 18]
|
La Coruña ’82
1x5 Polonia [Jun. 22]
|
Quiroga
|
Quiroga
|
Quiroga
|
Duarte
|
Duarte
|
Duarte
|
Díaz ©
|
Díaz ©
|
Díaz ©
|
Salguero
|
Salguero
|
Salguero
|
Olaechea
|
Olaechea
|
Olaechea
|
Velásquez
|
Velásquez
|
Velásquez
|
Cueto
|
Cueto
|
Cueto
|
Cubillas (La Rosa, 56)
|
Cubillas
|
Cubillas (Barbadillo, 50)
|
Leguía (Barbadillo, 56)
|
Barbadillo (Leguía, 64)
|
Leguía
|
Oblitas
|
Oblitas
|
Oblitas (Uribe, 50)
|
Uribe
|
Uribe (La Rosa, 64)
|
La Rosa
|
4-5-1
|
4-5-1
|
4-5-1
|
4-3-3 Así terminaron
|
4-5-1 Así terminaron
|
4-5-1 Así terminaron
|
Probable cambio de planes en lo táctico: Uribe retrasó su posición y
volvió a funcionar como «10», La Rosa salió a jugar de «9» con Barbadillo y
Oblitas entrando por las alas para maximizar la ofensiva. La posibilidad de
ganar nunca existió.
|
Doble cambio de piezas por piezas sin alterar el esquema de juego para
mejorar la ofensiva con el marcador en contra. Hubo oportunidades de
victoria; pero la pésima puntería fue clave.
|
Doble cambio apresurado con el juego empatado, que trajo nefastas
consecuencias para el equipo. Las piezas sacrificadas estaban en sintonía y
quienes entraron no gravitaron. Ahí el rival creció en el volumen de juego y
los masacró.
|
Leyenda:
( ) Sustitutos
© Capitán
· Influencias extradeportivas de carácter tóxico. Oblitas ha dicho que se priorizaron los intereses
económicos en detrimento de las cuestiones deportivas. Precisamente, el Canal 5
(Panamericana Televisión) había comprado los derechos de transmisión de los
partidos de la selección nacional y, además, manejaba los contratos de algunos
jugadores que aún militaban en clubes peruanos. Como el fútbol es un negocio,
los dueños de ese canal querían aprovechar la clasificación de Perú a la Copa
del Mundo para vender esos atletas al exterior. Además, ese medio televisivo
fue clave para la vuelta de Cubillas, que fue apoyada por la gestión de José
Aramburu Zavala, “Don Pepe”, el Jefe de la Comisión Deportiva del Seleccionado mundialista,
que con el consentimiento de “Tim” convenció a los Strikers para cederlo.
· Los jugadores no estuvieron a la altura de la
competición. La siguiente tabla muestra
un resumen del rendimiento particular de cada jugador que entró en campo.
Infelizmente, ninguno se salvó de la quema puesto, que salvo en el segundo
parcial disputado frente la “Squadra Azzurra”, no hubo un buen funcionamiento
del colectivo.
La gestión
mundialista de “Tim”
E
|
Jugadores
|
T
|
S
|
I
|
MJ
|
TA
|
Rendimiento general
|
1
|
Quiroga
|
3
|
270
|
Su trabajo entre los tres palos fue de más a menos. Salvó su valla
varias veces ante los tres contrarios del grupo; pero en el match de la despedida tomó una decisión
equivocada que costó un gol [1,66]
|
|||
2
|
Duarte
|
3
|
270
|
1
|
Mantuvo un nivel estable que puede ser calificado de discreto, o
sea, sus prestaciones quedaron muy por debajo de su calidad como defensor en
cada juego [3]
|
||
3
|
Díaz
|
3
|
270
|
Su gol ante los italianos dio esperanzas a Perú. Hizo sufrir a Milla
y a Rossi con una marca asfixiante; pero se vio desbordado por la velocidad
de los atacantes polacos [2,33]
|
|||
4
|
Salguero
|
3
|
270
|
Considerado el más flojo de la zaga peruana por no saber imponer su
jerarquía en la retaguardia. Demostró no estar a la altura de ser titular en
una Copa del Mundo [2]
|
|||
5
|
Olaechea
|
3
|
270
|
1
|
Fue de más a menos en su performance. Plantó cara con su físico a
italianos y cameruneses; pero ante la maquinaria polaca muy poco pudo hacer [3]
|
||
6
|
Cueto
|
3
|
270
|
En los dos primeros partidos trabajó en la medular por debajo de sus
posibilidades como administrador y distribuidor del balón y en el último juego
su producción cayó mucho más [3]
|
|||
7
|
Velásquez
|
3
|
270
|
En el primer día tuvo una
actuación discreta, en el segundo su nivel mejoró a pesar de que Conti lo
dejó en evidencia y en el partido decisivo su error envalentonó al rival y
sentenció a su equipo [3]
|
|||
8
|
Oblitas
|
3
|
1
|
230
|
No estuvo al nivel que se esperaba de él; pero su mejor partido fue
ante los italianos. Su sustitución apresurada en el último juego no le sentó
bien al equipo, que cayó estrepitosamente [2,66]
|
||
9
|
Cubillas
|
3
|
2
|
196
|
Destellos de su clase ante Italia incluyendo una asistencia y aportó
poco en los otros dos partidos. Fue sustituido prematuramente en el juego
decisivo y después el equipo se vino abajo [3]
|
||
10
|
Uribe
|
2
|
1
|
1
|
194
|
Lo tenía todo para triunfar; pero se perdió entre su ego y las malas
decisiones técnicas sobre su posición en el campo. No mostró su mejor versión
en Galicia, o sea ni en Riazor ni en Balaídos [2]
|
|
11
|
Leguía
|
2
|
1
|
1
|
172
|
No jugó nada bien; aunque voluntad nunca le faltó. Sin brillar fue
un buen revulsivo ante Italia. Y en el último partido naufragó en el tiempo
complementario al igual que los demás jugadores [1,33]
|
|
12
|
La Rosa
|
1
|
2
|
150
|
No merecía ser suplente; pero su aporte fue discreto cuando estuvo
en la cancha. Mala puntería ante Italia y después salvó la honrilla peruana
con un gol de rabia ante los polacos [1,66]
|
||
13
|
Barbadillo
|
1
|
1
|
2
|
138
|
Justificó su suplencia por tener una baja forma deportiva. Puso un pase
de gol en el último juego y nada más. Su mejor versión la dejó en México y la
afición gallega se quedó con las ganas de verla [2]
|
Leyenda:
E Escalafón
T Titular
S Salió
I Ingresó
MJ Minutos Jugados
TA Tarjetas amarillas
[ ] Promedio de calificaciones
otorgadas por el diario español El Mundo
Deportivo. Nota Máxima: 5
“Tim” declaró a la prensa española que “todo el
trabajo se echó a perder en un partido” y “voy a aguantar el palo”. La
sinceridad del estratega brasileño se salió de lo común pues llegó al punto de
sentirse el único y máximo responsable de la debacle; pero la verdad es que los
polacos sólo dieron el tiro de gracia a los peruanos durante aquella fatídica tarde
coruñesa, o sea, cada gol que encajaba la Blanquirroja era la confirmación de la
“crónica de una muerte anunciada” como reza el libro de Gabriel García Márquez.
Lo que nadie imaginó es que Perú demoraría muchos años para volver a una Copa
del Mundo. Cubillas, Salguero, Arizaga y Percy Rojas nunca más volvieron a
vestir la camisa nacional.
· Los fichajes frustrados y confirmados después del
desastre en Riazor. Las constantes
exhibiciones de la selección peruana llenaron los ojos de equipos europeos. La
prensa española daba por seguro que Uribe sería contratado por el Leeds United
inglés (que en 1982 había bajado a la segunda división y quería reforzarse para
volver a la Premiership); y Leguía lo
tenía casi todo hecho con el Genoa de la Serie A del Calcio italiano. En fin,
ambos contratos no prosperaron y Leguía tuvo que esperar un año para llegar al
fútbol europeo cuando fichó por el Elche, de la segunda división española
(1983). Para Uribe las cosas mejoraron porque lo contrató el Cagliari de la
Serie A y a Barbadillo tampoco le afectó su bajo rendimiento en el Mundial pues
el Avellino (también de la Serie A) ya lo tenía prácticamente atado antes de la
Copa por su buen desempeño en México. Malásquez no jugó en el torneo
mundialista y se lo llevó el club colombiano Independiente Medellín para hacer
dupla en el centro del campo con “El Patrón” (1982); y Percy Rojas, que tampoco
tuvo minutos en la Copa, regresó al Universitario por todo lo alto porque fue
líder goleador y campeón en el Descentralizado de 1982. En 1983 otros jugadores
cambiaron de aires y salieron del Perú: Quiroga se fue a Ecuador para defender
al Barcelona Guayaquil por una temporada y Olaechea se unió a Malásquez en el
club antioqueño. En ese mismo año “El Patrón” regresó a su Alianza amado, en
tanto que Cueto y La Rosa continuaron en el Atlético Nacional Medellín y
después se fueron a Cali para jugar con el América (1984). Ambos jugadores
conquistaron el título nacional colombiano defendiendo dichos ilustres clubes. Precisamente,
en 1984, “El Patrón” emigró a España para jugar en la primera división con el modesto
Hércules Alicante. En 1985 fue el turno de Acasuzo de irse a probar suerte en
Bolivia con el Club Bolívar, el equipo celeste de la capital más alta del
mundo, La Paz, y campeonó con ellos en esa misma temporada.
· La selección peruana jugó la Copa América de 1983 y
volvió a ser semifinalista. Una vez más, “JJ”
Tan se hizo cargo del equipo, que realizó una buena campaña aplicando “la media
inglesa”: empates en Bogotá y La Paz; y sendas victorias en Lima. Participaron
los mundialistas Acasuzo, Díaz, Duarte, Olaechea, Velásquez, Reyna, Leguía,
Malásquez y Franco Navarro. Además, Roberto Rojas volvió a ser de la partida.
En el cruce semifinal los peruanos no pudieron con los uruguayos, que vencieron
en Lima e después igualaron en Montevideo. Semanas después se proclamaron
campeones ante Brasil. Entre los más destacados por Perú estuvieron Malásquez y
los jóvenes atacantes Franco Navarro y Juan “Gol” Caballero (cada uno convirtió
un par de goles). Acasuzo, Velásquez, Leguía y Jorge Ramírez también fueron
claves para lograr el pase a la semifinal.
La debacle de España ’82 tuvo una sombra muy larga porque la FPF no
fue capaz de asumir el desafío de renovar la selección nacional para darles
paso a nuevas figuras jóvenes – nacidas entre 1956 y 1965 – con talento para
representar a Perú en los torneos futuros. Chiarella (1979) y Tan (1980; 1983)
lo intentaron; pero nunca tuvieron el apoyo de la federación ni mucho menos de
la afición. Ser semifinalistas de la competición continental parecía muy poco
para un país con ínfulas de potencia futbolística americana. Los triunfos de
una generación irrepetible (es decir, los atletas que nacieron entre 1940 y 1955)
opacaron la visión de futuro de la dirigencia del fútbol peruano.
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¡Arriba Perú, que Rusia te espera…! [Sexta Parte]
El inicio de los años 1980 fue bastante desesperanzador para el fútbol
peruano a nivel de selección nacional absoluta. En el lapso 1980 – 1981
trabajaron cuatro técnicos diferentes, lo cual puede parecer bastante insólito
en tan corto tiempo. No obstante, una breve explicación puede esclarecer
cualquier duda al respecto. Juan José Tan dirigió, como interino, la Bicolor el
18 de julio de 1980 en un partido amistoso ante Uruguay disputado en
Montevideo, que terminó en empate sin abrir el marcador.
A pedido de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) Miguel Calderón regresó
por última vez a la Blanquirroja para dirigirla varios partidos. Primeramente,
comandó a la selección en Lima durante un juego amistoso con los uruguayos,
cuyo resultado fue una igualada con un gol por bando. Aquel 12 de noviembre de
1980 marcó oficialmente su breve retorno. Además, en aquellos momentos,
Calderón reunía a los jugadores seleccionables que participaban en el
Campeonato Descentralizado para realizar juegos amistosos de carácter no
oficial con clubes peruanos y nunca perdió en ocho juegos. También ganó dos
partidos internacionales ante los clubes Caroline Hill de Hong Kong (30 de
noviembre) y Tigres UANL de Monterrey (4 de diciembre), cuyos scores finalizaron 2x0 y 1x0
respectivamente. Pero antes de dichos partidos los pupilos de “El Chueco”
fueron derrotados 2x1 por un Combinado de Estrellas de la liga profesional
hongkonesa (27 de noviembre).
Heredia y Didí en el partido inaugural de México '70 ganado por Perú ante Bulgaria.
El lazo negro era una señal de luto nacional por las víctimas del terremoto de Áncash
Tras la partida de Calderón a una incursión laboral en tierras mexicanas, a
inicios de 1981, Alejandro Heredia Miranda (52
años) asumió la selección nacional de forma interina por tercera vez: ya lo
había hecho en 1970 cuando se fue Didí; y después en 1976 tras la salida de
Calderón. “El Cholo” Heredia había sido asistente y preparador físico de Didí en
todo el proceso rumbo a México ’70; del prestigioso seleccionador húngaro Lajos
Baróti durante la gira por tres continentes en 1972 y del propio Calderón en el
transcurso de la clasificación a Argentina ’78. Es decir, estuvo en dos Copas
del Mundo como parte del cuerpo técnico del Perú y ese podría ser un buen aval
pese a estar en ese cargo de forma provisional. Pero la cruel realidad fue que
con él en el banquillo, entre los meses de febrero y abril de 1981, la Bicolor
no ganó ningún partido amistoso. La afición limeña fue testigo de sendas
derrotas ante Checoslovaquia y Bulgaria; y en Santiago fueron goleados por “La
Roja Austral”. En fin, las dudas sobre la posibilidad del Perú para
clasificarse al Mundial ’82 seguían creciendo día a día. La FPF procuró la solución
fuera de sus fronteras y apareció el brasileño Elba de Pádua “Tim” (66 años).
Ese señor otoñal era tremendo personaje pues fue una estrella del fútbol brasileiro durante las décadas de 1930 y 1940 fundamentalmente haciendo goles con el Fluminense de Rio de Janeiro. Con el “Tricolor das Laranjeiras” ganó cinco campeonatos cariocas y otros torneos estaduales para marcar una época de dominio del “Fluzão” en la capital del Brasil; jugó un partido del Mundial Francia ’38 junto al astro del Flamengo Leônidas da Silva; se destacó como motor del Scratch en el Campeonato Sudamericano Argentina ’37 y, además, jugó en Uruguay ’42. Brasil perdió la final en 1937 y obtuvo el tercer lugar mundial y subcontinental en 1938 y 1942 respectivamente. Como entrenador “Tim” ganó títulos con el “Flu” (es el quinto técnico que más partidos ganados tiene en ese club) y también con otros equipos brasileños; pero alcanzó su punto más alto en Argentina llevando a “Los Matadores” del San Lorenzo de Almagro a la conquista del Campeonato Metropolitano de forma invicta en 1968, una hazaña deportiva sin precedentes en la era del fútbol profesional argentino. No obstante, en su país lo respetaban mucho y reconocían su competencia como profesional del manejo de la pizarra.
"Tim" dirigió el mejor once peruano de la historia
“Tim” asumió el comando de la Blanquirroja en ese clima de
incertidumbres de los directivos de la FPF, que estaban desesperados; la prensa
que no paraba de criticar a la selección; y la afición, que cayó en el desánimo
debido a los últimos resultados adversos. Como factor común puede decirse que
todos estaban temerosos de no clasificarse para España ’82. “Tim” procuró un
“brazo derecho” de origen peruano – como ya habían hecho los seleccionadores
extranjeros anteriores – y por eso su auxiliar fue Ramón Mifflin (34 años), que
estuvo en México ’70 y recientemente se había retirado como jugador profesional
en Colombia donde defendió los colores del Independiente Santa Fe. Entonces,
ambos colegas pusieron “manos a la obra” y organizaron un equipo competitivo
para clasificar al cuarto Mundial.
Una pregunta para reflexionar sobre el proceso eliminatorio rumbo a
España ’82 puede ser la siguiente: ¿qué
aspectos positivos tomó el actual cuerpo técnico del trabajo realizado con anterioridad
por los últimos cuatro seleccionadores peruanos (Calderón, Chiarella, Tan y
Heredia)?
§ Primero, la convicción de que había jugadores jóvenes
de calidad en el Campeonato Descentralizado para construir un buen equipo
enriqueciendo la base del Mundial ’78 y de la Copa América ’79. El corto trabajo
desempeñado por Chiarella, Tan y Calderón mostró a nuevos valores del fútbol peruano
que debutaron entre 1979 y 1980. Por ejemplo, en 1979 Chiarella abrió la puerta
de la selección a Olaechea, Malásquez, Gastulo y Uribe; en 1980 Tan apostó por
Franco Navarro y Óscar Arizaga; mientras que Calderón depositó su confianza en Luis
Reyna y Miguel Ángel Gutiérrez. Todos ellos fueron convocados por “Tim” para la
Copa Mundial de 1982. Detalle: Arizaga sólo jugó un partido amistoso y el
estratega brasileño lo llamó por su rendimiento en el Atlético Chalaco. Antes
de ese magno torneo Uribe y Olaechea fueron los más destacados porque rindieron
a un nivel alto en las eliminatorias. Los otros no jugaron ni un minuto y
tuvieron que ganarse el puesto en el torneo nacional y en los partidos
amistosos disputados antes de España ’82.
§ Segundo, insistir en la convocatoria de jugadores
que militaban en clubes extranjeros. En el primer once titular “Tim” convocó
seis futbolistas contratados en ligas foráneas: dos jugaban en Estados Unidos
(Velásquez y Cubillas), dos en Colombia (Cueto y La Rosa), uno en México
(Barbadillo) y otro en Bélgica (Oblitas). Barbadillo no vestía la casaca
nacional desde 1975 (aproximadamente seis años); Cubillas y Oblitas llevaban
casi tres años fuera de la Blanquirroja; Velásquez, Cueto y La Rosa un par de
años sin ser llamados a filas. Detalle: excepto “El Nene”, que no estuvo en los
otros tres juegos al parecer por razones contractuales, los demás tuvieron
buenas prestaciones ofensivas en la cancha: La Rosa, saliendo a jugar desde la
banca, marcó (a pase de Barbadillo) el tanto que igualó el marcador en Bogotá y
como titular en Montevideo “abrió la lata” para ayudar a ganar aquel juego; y, días
antes, Barbadillo rompió el celofán en Lima ante Colombia para finalmente
conmemorar la victoria. Ambos goles acontecieron después de sendos pases de Oblitas.
Y Velásquez asistió a Uribe en el gol que dejó más cerca la clasificación de
Perú en el mítico Estadio Centenario.
§ Tercero, entender la necesidad de montar una
alineación básica duradera para encarar un torneo de corta duración. “Tim”
estaba bajo presión y necesitaba de resultados favorables pues estaba en juego
la clasificación al Mundial ’82. Entonces, se la jugó con los jugadores más
experimentados del Perú. Chiarella quiso hacer lo mismo ante Chile en 1979;
pero se quedó corto porque no llamó a tres futbolistas seleccionables que
podían subirle el nivel competitivo a la Bicolor. El estratega brasileño puso
toda la carne en el asador, conversó con los atletas, les dio confianza y
obtuvo el resultado esperado. Quiroga siempre fue su portero y en eso “Tim” coincidía
con Calderón; en la línea defensiva mantuvo la confianza en tres jugadores apreciados
por Calderón y Chiarella, aunque con alguna ponderación: Duarte seguía como
lateral derecho, Chumpitaz en el centro acompañado por Díaz (a quien los
técnicos anteriores mantuvieron como lateral zurdo), y para completar su
cuarteto en la retaguardia le dio la oportunidad al también mundialista Roberto
Rojas; en el mediocampo continuaron dos pilares de Calderón y Chiarella: Velásquez
y Cueto, o sea, potencia y magia, e incluyó a Uribe, un complemento que
aportaba dinamismo, virtuosismo y llegada a la meta contraria; y en la ofensiva:
La Rosa era el ariete típico de Calderón, Chiarella y también de “Tim”, Oblitas
como extremo izquierdo (otro hombre de absoluta confianza de Calderón) y
Barbadillo, jugador del agrado de Calderón, fue ratificado en la punta derecha.
¡Para muchos ese es el mejor once del Perú por el alto rendimiento mostrado en
la cancha durante las eliminatorias de 1981!
§ Cuarto, la certeza de que el estilo de juego,
basado en el buen trato al balón y en la disciplina táctica debían ser claves
para lograr cada objetivo trazado por el cuerpo técnico. Durante la fase
eliminatoria “Tim” aplicó un 4-3-3 como sistema táctico, el cual no era ajeno
para los jugadores peruanos que ya estaban acostumbrados. Era un equipo muy
ofensivo y hábil con el balón. La medular recibió la inyección juvenil de Uribe,
que tuvo una actuación determinante: se asociaba muy bien con Cueto y enlazaba
con los delanteros, especialmente con Barbadillo, además aparecía por cualquier
zona del frente de ataque y era excelente en el cobro penaltis y tiros libres.
Pero tenía un defecto: fallaba muchos goles de cara al arco. Cueto seguía
siendo el Maestro a la hora de mover el equipo, sus trazos largos a las bandas
y sus pases filtrados “valían un Potosí”, y era otro responsable por las
pelotas quietas. Sus hándicaps: lento y, a veces, caminaba en la cancha.
Barbadillo era eléctrico por la derecha atacando, más que tocar acariciaba el
balón de disímiles maneras intercambiando pases con Cueto y Uribe, y era bueno
recuperando pelotas para lanzar un ataque. Cuando el balón pasaba por Uribe,
Cueto y Barbadillo, violinistas sin pares, Perú sonaba como una sinfonía bien
afinada. Oblitas no desafinaba porque era otro de los grandes futbolistas y
como dueño de la banda izquierda era la pieza ideal a la hora de subir un
contragolpe, también penetraba en el área rival con pelota dominada para crear
peligro centrando y chutando a puerta, había momentos en que aparecía por el
perfil derecho para jugar a pierna cambiada. Velásquez no era un tronco pues
con su potencia era bueno en el quite, en el manejo de la pelota y en la
llegada al área, también le gustaba mucho – al igual que a Cueto – chutar desde
larga y media distancia. La Rosa era el hombre poste que sabía jugar de
espaldas al arco para pivotear y abrir espacio para sus colegas de ataque; pero
no era estático porque sabía caer a las bandas para recibir y agilizar el juego
colectivo y sin balón echaba una mano en defensa y presionaba a los contrarios.
En el sistema defensivo el aporte de “El Patrón” era fundamental porque sabía
meter la pierna e imponer su carácter ante rivales que les gustaba amedrentar y
provocar. Chumpitaz seguía en buena forma física y a buen nivel comandando la
retaguardia y su mayor arma era la anticipación a las jugadas ofensivas de los
rivales. Díaz era más agresivo en la defensa y fue un buen complemento para el “Capitán
de América” pues llevaban juntos mucho tiempo en la selección y en el Sporting
Cristal. Ambos centrales sabían salir jugando con el balón; aunque Chumpitaz era
más elegante. Duarte y Rojas cubrían las bandas muy bien y se proyectaban al
ataque cuando era preciso. Lo más interesante es que en ese once, salvo
Quiroga, todos tocaban el balón con criterio y precisión; los rivales corrían
detrás del balón y sólo apelaban a las faltas para detener el avance de ese
equipo, que atacaba y defendía con orden táctico como cualquier equipo
solidario; y cada jugador estaba en un momento óptimo de forma deportiva, lo
cual fue decisivo en la consecución del resultado esperado.
La siguiente tabla demuestra cómo el estratega brasileño en menos de dos
meses encontró un equipo sólido que se clasificó brillantemente, o sea, de
forma invicta. Evidentemente, “Tim” fue todo un especialista en conseguir
hazañas deportivas con equipos considerados modestos.
Los jugadores en las Eliminatorias
de la CONMEBOL
Bogotá ’81
Colombia 1x1 [Jul. 26]
|
Lima ’81
2x0 Colombia [Ago. 16]
|
Montevideo ’81
Uruguay 1x2 [Ago. 23]
|
Lima ’81
0x0 Uruguay [Sept. 6]
|
Quiroga
|
Quiroga
|
Quiroga
|
Quiroga
|
Duarte
|
Duarte
|
Duarte
|
Duarte
|
Díaz
|
Díaz
|
Díaz
|
Díaz
|
Chumpitaz ©
|
Chumpitaz ©
|
Chumpitaz ©
|
Chumpitaz ©
|
R. Rojas
|
R. Rojas
|
R. Rojas
|
R. Rojas
|
Velásquez (Olaechea)
|
Velásquez (Olaechea)
|
Velásquez ª
|
Velásquez
|
Cueto
|
Cueto
|
Cueto
|
Cueto
|
Uribe (La Rosa [ɕ])
|
Uribe [ɕp]
|
Uribe [ɕ]
|
Uribe
|
Barbadillo ª
|
Barbadillo [ɕ]
|
Barbadillo
|
Barbadillo
|
Cubillas
|
La Rosa
|
La Rosa [ɕ] (Olaechea)
|
La Rosa
|
Oblitas
|
Oblitas ª
|
Oblitas ª
|
Oblitas (Olaechea)
|
Leyenda:
( ) Sustitutos
[ɕ] Gol de jugada
[ɕp] Gol de Penalti
ª Asistencia
© Capitán
Nota: Las letras negritas enfatizan a 10 mundialistas de
Argentina ’78 y las letras itálicas destacan los siete campeones de América
’75.
Una vez más Chumpitaz recibió el cariño de su afición
Actualmente,
Uribe afirma que el Barcelona de “Pep” Guardiola jugaba exactamente igual que
ese equipo peruano de 1981. Pero en aquella selección no había superestrellas y
sí excelentes jugadores, algunos de ellos con mucho prestigio internacional. Sin
dudas, el más querido de la afición era Chumpitaz, que tras la confirmación de
la clasificación en Lima salió del terreno cargado en hombros como los grandes
toreros después de una brillante faena. Un gran capitán como ese no podía tener
una despedida mejor: caer en los brazos de la hinchada después de 17 años de
servicio a la casaca nacional
¡Arriba Perú, que Rusia te espera…! [Quinta Parte]
La salida deshonrosa
de la Copa del Mundo Argentina 1978 fue un golpe muy duro para el fútbol
peruano. Marcos Calderón nunca más dirigió la selección nacional en un torneo
importante; pero siguió su vida como entrenador cosechando éxitos con clubes de
primer nivel en el eje Lima – Callao. En resumen, campeonó con Sporting Cristal
(1979 y 1980 sumando tres títulos); Sport Boys (1984 por segunda vez) y
Universitario (1985 por cuarta ocasión) hasta sumar 10 entorchados nacionales
(sin olvidar un galardón con Alianza Lima justo en el mismo año que alcanzó la
gloria continental con la Bicolor). “El Chueco” se convirtió en el técnico más
laureado del país por salir campeón con los tres grandes rivales y con la
selección. Y, además, por hacer grande a “Los Rosados”.
Marcos Calderón aupado por la plantilla "Celeste", bicampeona nacional (1979 y 1980)
En el extranjero, “El Oso” fracasó con el
Barcelona de Ecuador (1978 y 1979) y con el Deportivo Táchira de Venezuela
(1983), a los cuales no consiguió clasificar a la Copa Libertadores de América.
Inclusive con el cuadro venezolano participó en dicho magno torneo sudamericano
y no pasó de la primera fase, en la cual enfrentó a su ex equipo de Guayaquil.
También tuvo una breve incursión en el fútbol mexicano como timonel de los
Tigres UANL (1981) y no pasó de la primera ronda del torneo. En liga
venezolana se jugó sólo una etapa a puntos corridos ganados en cada jornada por
causa de la celebración de los Juegos Panamericanos '83. Tanto en Ecuador como
en México – salvando los detalles de cada Schedule – se jugaban dos rondas
y después una final: los ecuatorianos definían su Campeón en una Hexagonal de
10 juegos y los mexicanos disputaban una final de dos juegos con los
ganadores de la Liguilla (segunda ronda de dos grupos). En aquella época
(1978-1982) el Campeonato Descentralizado cambió de formato yendo de lo simple
a lo complejo quizás para apimentar la competitividad futbolística en el Perú.
De aquel plantel mundialista hubo jugadores que nunca más vistieron la camisa de la franja transversal: Rodulfo Manzo, Alfredo Quesada y Juan José Muñante dijeron adiós en aquella noche aciaga de Rosario. Juan Cáceres también parece que se fue; pero su caso con la Blanquirroja es muy raro porque las informaciones sobre su paso por la selección son muy confusas: en algunas fuentes se afirma que nunca jugó ni un solo juego amistoso u oficial pese a ser convocado; y otras ofrecen datos muy controvertidos sobre la cantidad de partidos que jugó pues alegan que participó en uno o en 17.
De aquel plantel mundialista hubo jugadores que nunca más vistieron la camisa de la franja transversal: Rodulfo Manzo, Alfredo Quesada y Juan José Muñante dijeron adiós en aquella noche aciaga de Rosario. Juan Cáceres también parece que se fue; pero su caso con la Blanquirroja es muy raro porque las informaciones sobre su paso por la selección son muy confusas: en algunas fuentes se afirma que nunca jugó ni un solo juego amistoso u oficial pese a ser convocado; y otras ofrecen datos muy controvertidos sobre la cantidad de partidos que jugó pues alegan que participó en uno o en 17.
Todo cambio de ciclo puede (o no) ser
doloroso tanto para el que se va como para los que se quedan. A los cuatro
nombres citados parecía que ya se les había acabado el ciclo en la Bicolor.
Prefiero pensar que todo fue el resultado de la decisión técnica de los seleccionadores
posteriores (sea de forma conveniente o definitiva). Además, era preciso
promover nuevos valores, que se estaban destacando en el campeonato nacional. Ese
era el criterio del nuevo Director Técnico, José Chiarella (50 años), que
asumió su cargo en 1979.
El profesor Chiarella
no era un técnico exitoso como Calderón ni mucho menos había tenido la
oportunidad de comandar a los tres grandes clubes del Perú como su predecesor
en el cargo. Pero Chiarella conocía el fútbol peruano y ya había trabajado con
anterioridad en la Bicolor. En el proceso eliminatorio de 1973, Chiarella – en
funciones de auxiliar y preparador físico – era miembro del cuerpo técnico
liderado por el uruguayo Roberto Scarone, del cual también hacía parte el
brasileño Claudio Coutinho (estratega de la Canarinha en Argentina ’78) en
función de supervisor. Se comenta mucho de la influencia de Coutinho sobre
Chiarella en dos grandes fundamentos que sustentan el trabajo en un equipo de
fútbol: preparación física y la faena táctica planificada estratégicamente por
medio de la pizarra. En el Mundial anterior los peruanos tuvieron problemas en
el primer aspecto y eso acarreó fallas claras en la segunda cuestión por la
falta de concentración en momentos claves e incluimos en esta ecuación la merma
del estado anímico del colectivo.
José Chiarella dedicó su vida al fútbol
Mucho se ha dicho sobre la gestión de Chiarella como seleccionador nacional
en el micro ciclo rumbo a la Copa América 1979; pero sólo comentaré las
informaciones porque algunas me parecen incoherentes y otras las considero polémicas
e, inclusive, ambas cosas al unísono. Sin embargo, no me pronunciaré sobre los
rasgos de su carácter, ni tampoco de su participación en irregularidades con las certificaciones de nacimiento de jugadores de la selección juvenil, que también estaba bajo su responsabilidad, ni mucho menos acerca de su veta supersticiosa. Recuerden que
su predecesor en el cargo no quería que ningún jugador peruano vistiese la
casaca número 13 en la Copa Mundial y la FIFA no se lo aceptó. ¿Entonces, eso
no es también un acto supersticioso o lo que algunos llaman de cábala? Por
tanto, aquí van mis comentarios:
§ Se dio a entender que
Chiarella estuvo a favor de una reforma radical ¡y eso es falso! Entre julio y octubre de 1979, o sea, un año después de la
Copa del Mundo él dirigió siete partidos amistosos preparatorios para la Copa
América. En ese período corto fue perfilando su once tipo, en primer lugar, a
través del descarte de tres mundialistas: Ottorino Sartor (35 años) fue su
portero inicial y lo alineó en los dos primeros partidos disputados en Lima, Hugo
Sotil (30 años) fue alineado dos veces como titular (ambos no completaron el
segundo partido) y Roberto Rojas (24 años) estuvo en tres juegos como
inicialista y parece que tampoco convenció. En segundo lugar, decidió
repescar a cinco jugadores que estuvieron antes en la Bicolor y no fueron
convocados al Mundial ’78. Son los casos de Eusebio Acasuzo y Pedro Ruíz (ambos
Campeones de América ’75), Salvador Salguero, Ernesto Neyra y el joven David
Zuluaga (23 años). De ellos sólo Acasuzo se tornó indiscutible para el técnico;
Salguero participó en tres juegos (dos como titular); Ruíz estuvo en el once
inicial en los dos primeros topes y Zuluaga lo sustituyó en ambas ocasiones,
además, este jugador de Universitario tuvo otras dos oportunidades como
titular. Y, en tercer lugar, si llevamos en cuenta que cuatro jugadores se
despidieron de la Bicolor en 1978, que otros tres fueron descartados durante
los juegos amistosos de 1979 y que una terna ilustre nunca fue convocada (y eso
lo comentaré más adelante), entonces puede inferirse que 12 de 15
mundialistas, con los que trabajó, estuvieron en el máximo torneo continental a
nivel de selecciones nacionales, o sea, casi el 55% de los atletas
comandados por Calderón jugó contra Chile. Evidentemente, Chiarella sabía que ese
era el momento preciso de hacer una renovación necesaria y eso fue lo intentó;
pero según algunos lo hizo a cualquier costo (perder la Semifinal a doble
partido con Chile). El problema es que cuando las cosas salen mal aparecen los
críticos de ocasión para hacer leña del árbol caído.
§ Dijeron que Chiarella
descartó a los veteranos ¡y eso tampoco es
toda la verdad! Él sabía que todavía podía confiar en Héctor Chumpitaz (35
años) como capitán y lo mantuvo en el equipo; también llamó a los mundialistas veteranos
José Navarro (31 años) y Percy Rojas (30 años). Este último no jugó ni un solo
partido amistoso. A Rubén Toribio Díaz (27 años) lo llamó a partir del quinto
juego porque al parecer ya estaba disponible para jugar a alto nivel. Todos
ellos pertenecían todavía al Sporting Cristal. Además, convocó a futbolistas
experimentados como Ruíz (32 años), Acasuzo (29 años), Salguero y Gerardo Baigorria
(ambos con 28 años) y Neyra (27 años). De todos ellos sólo Baigorria, defensor
del club Coronel Bolognesi, aún no había debutado en la Blanquirroja. En el
concepto de reforma del profesor Chiarella era fundamental sopesar el factor
experiencia y parece que a sus críticos acérrimos eso ni les llamó la atención.
§ Apuntaron que
Chiarella, salvo excepciones, descartó a quienes estaban jugando en el exterior ¡y eso es una verdad a medias! Por una parte, atletas ilustres “curtidos
en mil batallas” como Juan Carlos Oblitas y Ramón Quiroga no fueron convocados
por decisión técnica y ambos todavía defendían al Sporting Cristal. Con el
prestigioso Teófilo Cubillas aconteció algo similar; aunque es verdad que él ya
había sido fichado por los Strikers
para jugar en Estados Unidos y allá se fue para agrandar su leyenda como crack. Por otra parte, tres futbolistas
maduros – que ya habían completado los 27 años – como Guillermo La Rosa, César Cueto
(nuevos jugadores del Atlético
Nacional Medellín), y José Velásquez (contratado por el Independiente Medellín) jugaban en el fútbol colombiano y los consideraba piezas claves de su
proyecto. Y a Sotil, que estaba con “El Patrón” en dicho equipo paisa, lo llamó
a filas hasta que decidió no contar más con él. Además, Ernesto Labarthe (23
años) estaba jugando esa misma temporada en el Club Palestino de Chile y eso no
impidió su participación en este micro proceso. En fin, Chiarella apostó fuerte
en tres futbolistas que, en su opinión, estaban en su mejor momento como piezas
de contención (Velásquez), creación (Cueto) y definición entre los tres palos
(La Rosa). Ellos eran, junto a Chumpitaz y Acasuzo, la columna vertebral de la
Blanquirroja de cara a la Copa América. Los críticos le reprocharon a Chiarella
por no haber convocado a un jugador que él conocía muy bien porque lo entrenó
en la preselección de cara a las eliminatorias de 1973, es decir, Gerónimo
Barbadillo (25 años), crack de Tigres
UANL en México y también Campeón de América. Por lo que hizo “Patrulla” con la
selección dos años después y por los éxitos en su club considero que puedo “dar
mi brazo a torcer” y concordar con esa crítica.
§ Aseveran que Chiarella
quiso dar una oportunidad a los atletas que militaban en los clubes peruanos ¡y ahí tienen toda la razón! Las dos primeras alineaciones fueron montadas
con jugadores del Campeonato Descentralizado porque no pudo contar con
Velásquez, Cueto, La Rosa y Sotil, que ya estaban en Colombia. Y al mundialista
grone Jaime Duarte (24 años) lo alineó en el segundo juego. Entonces, el
profesor Chiarella organizó el primer once de la siguiente manera: Sartor
(reciente fichaje del club Coronel Bolognesi) relevó a Quiroga; mantuvo dos
marcadores de punta que jugaron el Mundial: Navarro (Sporting Cristal) y
Rojitas (Alianza Lima); para ocupar el lugar que dejó Manzo en la zaga fue
designado el aliancista Jorge Olaechea (23 años), que fungió como colega del
“Celeste” Chumpitaz; Ruiz era “El Maestro” que movía los hilos de un buen Unión Huaral en la
primera etapa del Descentralizado y Chiarella lo alineó para suplir a Cueto; El
bisoño Julián Arturo Vargas fue colocado como volante central para sustituir a
su referente grone “El Patrón”; Germán Leguía (25 años) se había adaptado a
jugar en el mediocampo del Universitario con un buen rendimiento; pero nunca
fue un recambio natural de Cubillas; y Roberto Mosquera (23 años) presentó su
candidatura como sucesor de Muñante en la punta derecha. Para reemplazar a La
Rosa y a Oblitas habían varios candidatos porque entre los jóvenes atacantes se
destacaban: Freddy Ravello (24 años), que comandaba la ofensiva del Alianza
Lima, el equipo más goleador de la primera fase de Descentralizado; la misma
función realizaba Juan José Oré (25 años) – junto a Neyra – en el
Universitario, que fue el líder de la primera etapa de dicho campeonato nacional;
Abel Lobatón (22 años) y Víctor Hurtado (20 años) rompían redes a favor de un
Sport Boys, que fue condenado a jugar la Liguilla de Descenso para mantenerse
en la máxima categoría. El elegido de Chiarella para jugar de «9» fue Oré tal
vez por haber liderado los goleadores a nivel nacional en 1978 y también en la
Copa Libertadores ’79, en tanto que Hurtado ocupó el sector izquierdo. No
obstante, Ravello y Lobatón también tuvieron oportunidades. Las siguientes
tablas, que toman como punto de partida el line
up básico de Calderón en Argentina, ofrecen detalles del trabajo realizado
durante siete partidos amistosos en los cuales el cuerpo técnico de la Bicolor
probó varios atletas pensando en el magno torneo continental y tal vez en la
próxima Copa del Mundo si Chiarella hubiese sido ratificado en el cargo.
Los jugadores en la
preparación para la Copa América
Argentina ’78 - CM
|
Lima ’79 – A#1
2x1 Ecuador [Jul. 11]
|
Lima ’79 – A#2
0x1 Colombia [Jul. 18]
|
Bogotá ’79 – A#3
Colombia 1x2 [Jul. 25]
|
Quiroga
|
Sartor
|
Sartor (Herrera*)
|
[+] Acasuzo
|
Duarte
|
Navarro
|
[§] Duarte (Gastulo*)
|
Duarte
|
Manzo
|
Olaechea*
|
Olaechea
|
Olaechea
|
Chumpitaz
|
Chumpitaz
|
Chumpitaz (Vargas)
|
[+] Salguero
|
Díaz
|
Rojas
|
Rojas
|
Rojas
|
Velásquez
|
Vargas*
|
[+] Baigorria
|
[§] Velásquez
|
Cueto
|
Ruíz (Zuluaga)
|
Ruíz (Zuluaga)
|
[§] Cueto
|
Cubillas
|
Leguía (Baigorria*)
|
Leguía
|
Leguía
|
Muñante
|
Mosquera (Lobatón*)
|
Mosquera
|
[+] Sotil
|
La Rosa
|
Oré* (Neyra)
|
Oré
|
[§] La Rosa
|
Oblitas
|
Hurtado*
|
[+] Ravello* (Hurtado)
|
Ravello
|
Quito ’79 – A#4
Ecuador 2x1 [Ago. 8]
|
Lima ’79 – A#5
2x0 Uruguay [Ago. 30]
|
Glasgow ’79 – A#6
Escocia 1x1 [Sept. 12]
|
Lima ’79 – A#7
2x3 Paraguay [Oct. 10]
|
Acasuzo
|
Acasuzo
|
Acasuzo
|
Acasuzo
|
Duarte
|
Duarte
|
[=] Gastulo
|
Gastulo
|
Olaechea
|
[+] Aguilar*
|
[+] Olaechea
|
[+] Salguero
|
[§] Chumpitaz
|
[§] Díaz (Malásquez*)
|
[§] Chumpitaz
|
Chumpitaz
|
Rojas
|
[+] Gastulo
|
Díaz
|
Díaz
|
Velásquez
|
[+] Vargas (Salguero)
|
[§] Velásquez
|
[+] Aguilar (Malásquez)
|
Cueto
|
[+] Labarthe (Hurtado)
|
[§] Cueto
|
[+] Gorriti
|
Leguía
|
Leguía
|
Leguía
|
[=] Labarthe (Ravello)
|
Sotil (Oré)
|
[+] Zuluaga
|
[=] Labarthe (Ravello)
|
[+] Uribe*
|
La Rosa (Lobatón)
|
[+] Oré (Lobatón)
|
[§] La Rosa
|
[+] Lobatón
|
Ravello
|
[+] Mosquera
|
[=] Mosquera
|
[+] Zuluaga
|
Leyenda:
CM Copa Mundial
A# Amistoso número
* Debutantes
[§] Mundialistas titularísimos
[=] Permanencia en la
alineación titular
[+] Cambio en la alineación
titular respecto al Match anterior
( ) Sustitutos
_ Goleador(es)
Nota: Las letras negritas destacan a los 13 mundialistas que fueron
convocados para la Copa América ’79.
Los jugadores en la
Copa América y en otro partido amistoso
Argentina ’78 – CM
|
Lima ’79 – CA
1x2 Chile [Oct. 17]
|
Santiago ’79 – CA
Chile 0x0 [Oct. 24]
|
Monterrey ’79 – A#8
México 1x0 [Nov. 1]
|
Quiroga
|
[–] Acasuzo
|
Acasuzo
|
Acasuzo
|
Duarte
|
Duarte
|
[+] Navarro
|
Navarro
|
Manzo
|
[–] Olaechea
|
Olaechea
|
Olaechea
|
Chumpitaz
|
Chumpitaz
|
Chumpitaz
|
Chumpitaz
|
Díaz
|
Díaz
|
Díaz
|
Díaz
|
Velásquez
|
Velásquez
|
Velásquez
|
[+] Salguero
|
Cueto
|
Cueto
|
Cueto (P. Rojas)
|
[+] Gorriti
|
Cubillas
|
[–] Leguía
|
Leguía (Gorriti)
|
Leguía
|
Muñante
|
[–] Mosquera
|
Mosquera
|
Mosquera
|
La Rosa
|
La Rosa
|
La Rosa
|
[+] Uribe (Drago*)
|
Oblitas
|
[–] Ravello (Labarthe)
|
Ravello
|
Ravello
|
Leyenda:
CM Copa Mundial
CA Copa
América
[–] Relevo
“generacional”
[+] Cambio
en la alineación titular respecto al Match
anterior
( ) Sustitutos
A# Amistoso
número
* Debutante
_ Goleador
Nota: Las letras negritas destacan a los 12 mundialistas que fueron
convocados para la Copa América ’79.
§ La lista definitiva
parece no haber sorprendido a muchos porque Chiarella dejó muy claro sus planes
en la selección y tal vez algunos esperaban un fracaso ¡y, a la larga, los resultados les dieron la razón; aunque hubo momentos de
ilusión! Cuando se valoriza el trabajo de los participantes del campeonato
nacional, sobre todo a los protagonistas, se da un paso de avance en cualquier proceso
de renovación. Ya comenté sobre los jugadores de mayor experiencia nacional e
internacional. Ahora es justo apuntar que a fines de la década de 1970 estaban
despuntando varios jóvenes cracks en
el Campeonato Descentralizado: Julio César Uribe (21 años) era una de las
perlas en la sala de máquinas del Sporting Cristal y, en la misma demarcación,
el Deportivo Municipal tenía a los volantes Eduardo Malásquez (22 años) y a Jaime
Drago (20 años) junto al mundialista Raúl Gorriti (22 años) recién fichado por
el “Muni”; en el sector defensivo Hugo Gastulo (21 años) y Eduardo Aguilar
rendían en el Universitario y Darío Herrera (20 años) tapaba para el Sport
Boys. A tales bisoños, el profesor Chiarella los hizo debutar en la Bicolor. En
definitiva, 13 caras nuevas aparecieron en 1979 como muestran ambas tablas. Sin
embargo, en la segunda tabla puede observarse la lista definitiva de 15 hombres
convocados para la Copa América con 12 mundialistas, dos nuevas caras y un
arquero veterano (todavía no tengo el dato del portero suplente). Es decir, a
la hora cero el seleccionador llamó a los más fogueados: la portería no era un
problema; la defensa estaba bien; en el medio sector habían jugadores de
calidad, pero necesitaba un mayor poder creativo en la elaboración porque aún
no había un sustituto para Cubillas; y, a pesar del buen rendimiento de
Mosquera, la delantera parecía ser el punto más débil. Por ejemplo, La Rosa no vio
puerta en cinco partidos; Ravello se ganó el puesto y no rindió ante los
chilenos. Entonces, Chiarella asumió el costo de no convocar a jugadores con
mayor poder ofensivo: Oré fue fichado por el Panathinaikos de Grecia antes de
la Copa América y, tal vez, eso fue un factor para no ser citado; Neyra,
goleador en el Universitario, sólo tuvo unos pocos minutos entrando de relevo
en el primer partido y después nunca más fue tenido en cuenta por el
seleccionador nacional; y de José Leyva (25 años), artillero del Alfonso
Ugarte, nadie se acordó en 1979. Además, pienso que Uribe, Lobatón y Hurtado
aún estaban muy verdes para comandar el ataque de la Bicolor durante un torneo
de alta exigencia
Alineación ante Paraguay en Lima una semama antes de la Copa América: Chumpitaz, Zuluaga, Salgueiro, Uribe, Gastulo, Lobatón, Aguilar, Labarthe, Gorriti, Díaz y Acasuzo
Perú llegó a la Copa América como sembrado en la Semifinal por su condición
de campeón continental. Su rival sería el mejor del Grupo A, que estaba
integrado por Chile, Colombia y Venezuela. Todavía se jugaba sin sede fija y
por el sistema de partidos de ida y vuelta. Los chilenos llegaron a semifinales
porque nadie les venció en Santiago: una goleada a los venezolanos y un triunfo
bien trabajado ante los colombianos fue suficiente para intimidar a Perú. En
Lima la figura que marcó las diferencias fue el experimentado atacante Carlos
Caszely (29 años); y en Santiago brilló el guardameta Mario Osbén (24 años). Es
decir, la agresividad como visitante y la contención en casa inclinaron la
balanza a favor de “La Roja Austral”. En la segunda tabla puede apreciarse que
Chiarella puso a jugar lo mejor que tenía bajo su mando; pero el rendimiento de
los futbolistas estuvo por debajo de los esperado sobre todo en Santiago. Allí
la mayor decepción fue Percy Rojas, que fue expulsado cuando aún quedaba mucho
partido por jugar.
Roberto Mosquera era uno de los cracks del Cristal
En síntesis, el profesor Chiarella trabajó con 33 atletas en ocho partidos
amistosos y dos juegos oficiales con un balance de tres victorias, dos empates
y cinco derrotas. En Lima, la Bicolor venció dos veces y perdió en tres ocasiones.
En el exterior obtuvo una victoria, dos empates e igual cantidad de
descalabros. La ofensiva hizo 11 goles y la defensa recibió 12 anotaciones. Los
principales artilleros fueron Mosquera (3) y Leguía (2). Por tanto, este micro
ciclo 1979 fue un fracaso. Y, a pesar del tercer lugar compartido con el Brasil
– de su amigo Coutinho – en la Copa América, Chiarella fue sustituido por Juan
José Tan, que trabajó con él en el micro ciclo 1972 – 1973 comandado por
Scarone. En fin, “¡Los viejos rockeros nunca mueren!”
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¡Arriba Perú, que Rusia te espera…! [Cuarta Parte]
En Argentina ’78, Perú fue de lo sublime en la Primera Ronda (dos
victorias y un empate) a lo ridículo en la Segunda Ronda (tres derrotas y sin
ver portería). Chumpitaz, “El Nene” Cubillas y “El Cholo” Sotil eran los únicos
“sobrevivientes” ilustres de México ’70 y también ayudaron a su equipo a conquistar
el segundo título continental en 1975.
Alineación básica: Quiroga, Oblitas, La Rosa, Velásquez, Manzo,
Cubillas, Díaz, Cueto, Duarte, Muñante y Chumpitaz
Como ocho años atrás, Perú salió perdiendo el juego inaugural ante
otro equipo europeo en el primer cuarto de hora. Escocia tenía un buen conjunto
y recordemos que estuvo presente en las Copas del Mundo de forma consecutiva desde
1974 hasta 1990, lo cual dice bastante de su calidad como selección nacional en
un contexto europeo competitivo (por ejemplo, dejó sin este Mundial a
Checoslovaquia, flamante campeona europea de 1976). Pero los monarcas de
América levantaron su nivel hasta que empataron al filo del descanso. Los
escoceses pudieron inclinar la balanza a su favor con una pena máxima en el
segundo parcial, mas allí estaba “El Loco” Quiroga para tapar un remate
peligroso y mantener las tablas (además, él se resarció de su error que costó la
anotación escocesa). Entonces, Calderón hizo un cambio táctico para ayudar a
mejorar la calidad del ataque peruano: Sotil por La Rosa, o sea, más movilidad y
desmarque en la vanguardia; y menos hombre fuerte de referencia en el área para
fijar a los centrales. No obstante, Perú seguía jugando al ritmo “grone” en la
medular con la potencia de “El Patrón” Velásquez, la magia de Cueto y el
acierto rematador de Cubillas, que como en México ’70 volvió a ser decisivo en
la Fase de Grupos. En resumen, de menos a más ante Escocia; simplemente bien
contra Holanda sin alterar el score y
mucho mejor contra el debutante Irán, que en los primeros 40 minutos del
partido había sido masacrado.
En la Segunda Ronda, Perú comenzó una cuesta abajo en su rendimiento.
En 30 minutos Brasil tenía el juego “en el bolsillo”. Con “la soga al cuello”,
Calderón “quemó las naves” al inicio del segundo tiempo sentando a Oblitas para
colocar a Percy Rojas, o sea, sacrificó un extremo y trajo a un delantero para
acompañar a La Rosa. Pero no se salvó de la goleada. Días después asomaba
Polonia, otro equipo europeo que participó en varios Mundiales seguidos en el
lapso 1974-1986 y cuya calidad no se discutía (en las eliminatorias para esta
Copa su víctima fue Portugal). El partido fue de bajo nivel, pero estuvo
equilibrado y en tardes de poco fútbol como esa ya sabemos que un error siempre
cuesta caro: eso fue lo que sucedió cuando Navarro – jugando de lateral a
perfil cambiado – perdió la bola ante la presión del estelar Grzegorz Lato y…
¡ya ustedes saben! Calderón hizo lo mismo que en el juego anterior mandando a
ingresar a P. Rojas por el “Jet” Muñante en la arrancada del segundo parcial;
pero después del zarpazo polaco demoró una eternidad para traer a Sotil por La
Rosa. Detalle: esa modificación la hizo en los tres juegos de la Primera Ronda
casi siempre entre los minutos 60 y 62 (en cierto sentido gravitó en el juego
contra los escoceses). Perú estaba sin opciones y en la esquina le esperaba
Argentina “con el cuchillo entre los dientes”. ¡Lo peor estaba por llegar!
Hasta hoy se dicen muchas cosas sobre aquel partido nocturno en
Rosario. Por mi parte voy a comentar siete temas que me parecen interesantes
para la polémica:
1. Algunos niegan que la FIFA favoreció
a Argentina en la Segunda Ronda respecto a los horarios de cada juego. El
12 de junio de 1978 el periódico español El
Mundo Deportivo publicó la parte del Schedule correspondiente a esa fase
decisiva del torneo, en la cual queda claro, después de ver lo que sucedió en
la práctica, que hubo un doble racero para hacer valer la condición local de la
selección albiceleste. Ese calendario indica que en el Grupo A los dos partidos
de cada tarde acontecerían en el mismo horario y así mismo fue: Italia, fue la
mejor selección de la Primera Ronda dominando la llave 1 donde estaba
Argentina, y se quedó jugando en Buenos Aires; pero Holanda lo hizo mejor y se
sembró en la Finalísima relegando a la «Squadra Azzurra» a disputar la final de
consolación. En el caso del Grupo B es posible percibir que dicho calendario
publicado en España indica que Polonia, el mejor equipo de la Llave 2, permanecería
jugando en Rosario. Eso parece no haberle gustado nada al Comité Organizador
porque Argentina jugaría el primer día en Rosario ante los polacos y las otras dos
veces lo haría en Mendoza. Entonces, vino el “libretazo” pues la Albiceleste obtuvo
dos garantías: hizo de Rosario – la casa natal de su técnico izquierdista César
Luis Menotti – su fortín contando con el aliento de una hinchada acostumbrada a
las grandes competencias nacionales e internacionales; y, además, siempre jugó
en horario nocturno tal como en la Primera Ronda en Buenos Aires. Por último, y
no menos relevante, el calendario sólo estimaba que el partido Perú vs Brasil
coincidiese en horario con los otros dos juegos del Grupo A y el tope entre
polacos y argentinos cerraría esa jornada inicial de partidos de “matar o
morir”. Después estaba planificado que cada grupo usaría un horario único – de
una forma intercalada – en las dos fechas siguientes, o sea, el principio de la
simultaneidad sería aplicado para no dar ventajas a ninguna selección nacional.
Pero en la práctica todo se cumplió en el Grupo A y en el Grupo B se hicieron
las cosas para no perjudicar a los anfitriones y hacerlos sentir en casa.
2. Se comenta mucho sobre la influencia
de otros asuntos de carácter extradeportivo que rondaron ese partido. Por
ejemplo, la visita del dictador Jorge Videla – acompañado de Henri Kissinger y
otras personas de alto nivel – al camerino de los peruanos ha sido interpretada
como un elemento de presión psicológica porque invadió la privacidad de un
equipo que estaba a punto de saltar a la cancha. Algunos jugadores peruanos ni
le hicieron caso y continuaron en lo suyo. Ni todos dicen acordarse de esa inesperada
visita. Oblitas, Leguía, Quiroga, Chumpitaz, Velásquez y Mosquera se recuerdan
de ese episodio. Hay fotografías que muestran un recibimiento cordial al
mandatario argentino. Sin embargo, sería interesante analizar también el efecto
Videla en la Albiceleste porque es la otra cara de la moneda. Días antes del
partido inaugural, el equipo anfitrión sufrió innumerables presiones del
gobierno (y de la prensa) para que saliesen campeones y limpiasen la pésima
imagen de Argentina ante el mundo. Esa fue una razón de peso para que Menotti
prescindiese del juvenil Diego Armando Maradona en el último corte.
Videla y el capitán Daniel Passarella antes de rodar la pelota oficial "Tango"
3. Muchos todavía se quejan de la alineación que Calderón presentó en ese partido. Los invito a
observar la siguiente tabla en la cual queda demostrado que saltaron a la
cancha rosarina nueve de los titulares inamovibles del estratega peruano.
¿Quiénes faltaban? La Rosa era otro titularísimo y por decisión técnica se
quedó en las gradas. Eso puede ser un punto de discusión porque nadie habla de alguna
lesión sufrida por el atacante “grone”. “Panadero” Díaz se lesionó muy temprano
ante Brasil y esa tarde lo suplió Navarro, que después fue de la partida ante
los polacos; pero es obvio que fue señalado por su error en ese Match y como castigo lo dejaron en las
gradas. ¡Sin comentarios! Quesada jugó frente a los polacos sustituyendo al
sancionado “Patrón” Velásquez (que acumuló dos tarjetas amarillas) y convenció
a su entrenador para mantenerse en el line
up a pesar de la vuelta del centrocampista aliancista. ¡Aquí tengo muy poco
que discutir! En la plaza vacante de lateral zurdo – el rompecabezas del
técnico – fue alineado el joven Roberto Rojas, que debió sustituir a un titularísimo
lesionado y a un veterano suplente tachado de errático por su técnico. En este
caso tampoco se puede decir mucho; sin embargo, reconozcamos que “Rojitas” era
el verdadero suplente de Díaz. Calderón no lo pudo utilizar ante la Canarinha porque estaba en las gradas y tuvo
que apelar a la experiencia de Navarro, un marcador de punta que jugó a pierna
cambiada. Como esa apuesta salió mal, entonces “Cucurucho” fue considerado el único
marcador de punta disponible, según la lógica de Calderón. Entonces, cabe
preguntarle a los críticos ¿a quién pondrían? Otro elemento esencial es que en
aquella época cada técnico debía dar a conocer una lista de once titulares y
sólo cinco suplentes, que fue planificada más o menos así para el último
partido: un arquero (Ottorino Sartor), un zaguero (Germán Leguia), un volante (Raúl
Gorriti) y dos atacantes (Percy Rojas y Roberto Mosquera). Detalle: Leguia y P.
Rojas habían tenido algunos minutos pues el primero salió una vez supliendo a
Manzo ante Irán; y el segundo entró tres veces: frente Escocia con el juego
ganado y como revulsivo para encarar a Brasil y Polonia; el veterano Sartor (32
años, Iquitos) sabía que no jugaría el Mundial y tenía la conciencia tranquila;
en tanto que los jóvenes Gorriti y Mosquera nunca habían pisado las canchas
argentinas. Y parece – o tal vez no – que Calderón quiso “premiar” a Mosquera
con esa convocatoria porque era su cumpleaños; pero no lo hizo debutar. Además,
la decisión de contar con Mosquera significó que Sotil (otra decisión que
generó críticas) le hiciese compañía en las gradas a La Rosa, Navarro, al tercer
portero Juan José “Papelito” Cáceres y al volante Ernesto Labarthe. Estos dos
últimos tampoco jugaron.
La gestión
mundialista de Calderón
E
|
Jugadores
|
T
|
S
|
I
|
MJ
|
TA
|
Rendimiento general
|
1
|
Quiroga
|
6
|
540
|
1
|
Varias salvadas en todos los partidos; un penalti atajado vs Escocia
y cometió error que costó una anotación en el juego inaugural
|
||
2
|
Duarte
|
6
|
540
|
Bien en su demarcación pese a sufrir con la fuerza de los rivales en
la Segunda Ronda
|
|||
3
|
Chumpitaz
|
6
|
540
|
Liderazgo en la zaga; pero tuvo algunos problemas en la marca y
anticipación a jugadas. Por ejemplo, le hizo penalti a un escocés
|
|||
4
|
Cubillas
|
6
|
540
|
Cinco goles (2 P y TL); una asistencia vs Escocia. Líder de la
ofensiva. Pero en la Segunda Ronda se le acabó el gas y el equipo quedó en
evidencia
|
|||
5
|
Cueto
|
6
|
1
|
532
|
Gol y asistencia vs Escocia. Todo un Maestro en la medular. Pero cayó
de producción en la Segunda Ronda
|
||
6
|
Manzo
|
6
|
1
|
517
|
1
|
De más a menos hasta el punto de pactar con el caos en el adiós
|
|
7
|
Oblitas
|
6
|
1
|
495
|
Provocó faltas que terminaron en goles vs Escocia (TL) e Irán (P).
Pero no estuvo nada fino en el remate y quedó debiendo al equipo
|
||
8
|
Muñante
|
6
|
1
|
495
|
1
|
Dos asistencias vs Irán. Velocidad, regates, desborde, amagos. En fin,
harto desequilibrante; pero nada de hacer goles
|
|
9
|
Velásquez
|
5
|
1
|
411
|
3
|
Gol vs Irán. La potencia en la medular, buen toque y llegada; aunque
siempre jugó al filo de la navaja. Fue totalmente irrelevante en la Segunda
Ronda
|
|
10
|
La Rosa
|
5
|
4
|
348
|
Mucha brega arriba y ningún acierto en el remate
|
||
11
|
Díaz
|
4
|
1
|
281
|
Muy bien en su banda hasta que se lesionó. Una pérdida dolorosa
|
||
12
|
Quesada
|
2
|
180
|
1
|
Su esfuerzo en la medular no fue suficiente
|
||
13
|
Navarro
|
1
|
1
|
169
|
Actuación discreta coronada con un error grosero vs Polonia
|
||
14
|
R. Rojas
|
1
|
90
|
Actuación muy floja en la despedida como todo el equipo
|
|||
15
|
Sotil
|
4
|
102
|
Justificó su suplencia: ofensivamente inoperante
|
|||
16
|
P. Rojas
|
3
|
98
|
Justificó su suplencia: ineficaz en ataque
|
|||
17
|
Gorriti
|
1
|
39
|
Quedó señalado por un error infantil en la despedida
|
|||
18
|
Leguia
|
1
|
23
|
Muy poco aprovechado por su técnico
|
Leyenda:
E Escalafón
T Titular
S Salió
I Ingresó
MJ Minutos Jugados
TA Tarjetas amarillas
4 La situación del
vestuario siempre es un punto relevante durante cualquier torneo. Por
ejemplo, “Chupete” Quiroga afirmó que el equipo estaba dividido entre los blancos
del Sporting Cristal y los negros del Alianza Lima. No consigo saber hasta qué
punto eso es cierto porque solamente conozco este testimonio; pero la tabla que
sigue puede ayudarnos a analizar un poco la ecología de aquel grupo humano y
pensar en la gestión de egos que precisó administrar Calderón con el apoyo de
su cuerpo técnico. El capitán Chumpitaz era el más longevo, experimentado y un líder
natural. Él era el único sobreviviente de aquel proceso eliminatorio de 1965. Pero
había otro jugador bastante influyente en el colectivo y tal vez más que
Chumpitaz. Me refiero a Cubillas. Si creemos en el dicharacho “niño que no
llora no mama”, entonces puede decirse que “El Nene” se ajustó muy bien a tal frase
del argot popular de Nuestra América. Quiroga afirmó que Cubillas manejaba a
los “grone” en la Bicolor y algunos afirman que Calderón era muy receptivo a
las opiniones de su estrella sobre el funcionamiento del equipo. Chumpitaz y
Cubillas gozaban de toda la confianza de su técnico, que los veía como dos
líderes positivos por el buen currículo dentro de la Bicolor y el rendimiento en
los clubes peruanos y extranjeros. Otro aspecto que tal vez podría crear un
buen ambiente en el vestuario es que siete jugadores cumplieron años durante el
torneo. No sé si la tradición peruana de aquella época en selecciones
nacionales propiciaba esa dinámica camaraderil denominada «cumpleaños colectivo»,
que agasajaría a esos atletas que nacieron bajo el signo zodiacal «Géminis»: Labarthe
(jun. 2); Velásquez (jun. 4); Manzo (jun. 5); La Rosa (jun. 6); Muñante (jun.
12); Cueto (jun. 16) y Mosquera (jun. 21). Este último fue el único que
conmemoró su natalicio un día de juego y ¡no hace falta decir cómo lo pasó!
Mediante esa tabla también es posible advertir las generaciones que componían
ese plantel, que es otra cuestión a tener siempre en cuenta. El nivel de
confianza del técnico es una lectura mía que intenta llevar en consideración el
uso que hizo “El Oso” de cada jugador durante el torneo.
Mapa de factores para la gestión
de egos en un grupo humano
Jugadores
|
Edad
|
Raza
|
Clubes
|
CA
|
M
|
FE
|
EPE
|
NCT
|
Chumpitaz
|
34
|
Mestizo
|
Sporting Cristal
|
X
|
X
|
4
|
México
|
[A]
|
P. Rojas
|
28
|
Blanco
|
Sporting Cristal
|
X
|
3
|
Argentina
|
[B]
|
|
Oblitas
|
27
|
Blanco
|
Sporting Cristal
|
X
|
2
|
España y México
|
[A]
|
|
Quesada
|
28
|
Blanco
|
Sporting Cristal
|
X
|
2
|
[B]
|
||
Navarro
|
29
|
Negro
|
Sporting Cristal
|
X
|
2
|
[B]
|
||
Díaz
|
26
|
Mestizo
|
Sporting Cristal
|
X
|
1
|
[A]
|
||
Quiroga
|
27
|
Blanco
|
Sporting Cristal
|
1
|
Argentina
(dos clubes)
|
[A]
|
||
Gorriti
|
21
|
Blanco
|
Sporting Cristal
|
[D]
|
||||
Mosquera
|
22*
|
Negro
|
Sporting Cristal
|
[D]
|
||||
Cubillas
|
29
|
Negro
|
Alianza Lima
|
X
|
X
|
3
|
Suiza y Portugal
|
[A]
|
Sotil
|
29
|
Mestizo
|
Alianza Lima
|
X
|
X
|
2
|
España
|
[B]
|
Velásquez
|
26*
|
Negro
|
Alianza Lima
|
X
|
2
|
[A]
|
||
Duarte
|
23
|
Mestizo
|
Alianza Lima
|
1
|
[A]
|
|||
Cueto
|
26*
|
Mestizo
|
Alianza Lima
|
X
|
[A]
|
|||
La Rosa
|
26*
|
Negro
|
Alianza Lima
|
[B]
|
||||
R. Rojas
|
22
|
Negro
|
Alianza Lima
|
[D]
|
||||
Cáceres
|
28
|
Mestizo
|
Alianza Lima
|
[D]
|
||||
Sartor
|
32
|
Blanco
|
CNI Iquitos
|
X
|
1
|
[A]
|
||
Muñante
|
30*
|
Negro
|
Pumas UNAM, México
|
2
|
México
(dos clubes)
|
[A]
|
||
Manzo
|
29*
|
Negro
|
Deportivo Municipal
|
1
|
[A]
|
|||
Leguía
|
24
|
Blanco
|
Universitario
|
[B]
|
||||
Labarthe
|
22*
|
Blanco
|
Sport Boys
|
[D]
|
Leyenda:
CA Campeones de América ’75
M Mundialistas de México ’70CA Campeones de América ’75Leyenda:
FE Fases Eliminatorias
1965-1977: cuatro veces
EPE Experiencias Profesionales
en el Exterior: cantidad de clubes y países
NCT Nivel de Confianza del
Técnico: [A] Absoluto; [B] Bueno; [D] Debutante
* Cumplieron esa edad
durante el torneo
5 Los análisis del trámite del partido intensifican las críticas en las
actitudes sospechosas e intentan esconder
algunas verdades importantes. Primero: “El Chueco” planteó el juego
táctico de juntar las líneas para contener al rival y sorprenderlo al
contragolpe. Tal vez esto explique el porqué de haber mandado a La Rosa y a
Sotil a las gradas y dejar en el banco a Percy Rojas. En el inicio el partido
estuvo muy trabado en la media cancha con varias imprecisiones de ambos onces.
Perú empezó a sentirse cómodo y hasta creó oportunidades. El primer “aviso” fue
un chute de larga distancia de Cueto que no fue a puerta. En un contraataque Quesada
mandó un balón en profundidad para Muñante, que desbordó por la derecha dejando
atrás a Tarantini por velocidad y a Passarella que no lo pudo parar, Fillol le
achica el primer palo, pero “La Cobra” chutó cruzado y la pelota se estrelló en
el segundo palo. En ese frenesí ofensivo, Oblitas recibe un pase largo de Cueto,
supera por velocidad a su marcador Olguín, opta por definir cruzado al segundo
palo sin percatarse de la llegada al área de Cubillas totalmente libre de marca.
Y después hubo un remate desviado de Oblitas a pase de Cubillas. Segundo: la
Bicolor trabajó los primeros 20 minutos con seriedad, disciplina táctica y buen
manejo del balón. Es verdad que acusó el gol de Kempes (min. 21), resultante
de una pared tirada con Larrosa, que creó la escena para los remates al palo de
Luque (min. 24) y Ortiz (min. 29) y el tanto de Tarantini (min. 43), que desvió
al arco un tiro de esquina ejecutado por Bertoni. Ambas anotaciones están
precedidas de jugadas a balón parado debido a faltas cometidas por el sistema
defensivo peruano. En tales jugadas letales Manzo estuvo apático: en el 1x0 ni
siquiera bloqueó a Kempes que lo encaró con pelota dominada e inexplicablemente
se tiró al suelo facilitándole el camino al “Matador”; y en el 2x0 no fijó la
marca sobre el “conejo” Tarantini, que cerca del manchón penal cabeceó a placer;
y para empeorar el zaguero peruano dio un salto intrascendente porque no estuvo
en la dirección de despejar el balón ni tampoco servía para bloquear al
rematador. En el tiempo complementario Velásquez recibió un balón de Oblitas y
ensayó un disparo de larga distancia que se fue por encima del travesaño. Otra
vez “avisaba” Perú. En poco tiempo “El Patrón” fue amonestado luego de cometer
dos faltas consecutivas a Bertoni en el mediocampo. Y al tercer foul suyo contra el mismo jugador, esta
vez más cerca del área, llegó el tercer gol de la noche. Olguín ejecuta un tiro
libre indirecto al corazón del área, Kempes recibió la pelota y la bajó con su
pecho a Bertoni, que se la devolvió redonda y el Matador – desmarcado – fusiló
a Quiroga. Tercero: en esa jugada que propició el 3x0, el sistema defensivo
peruano estaba marcando en zona como siempre hizo durante todo el campeonato.
Esto fue muy bien aprovechado por los argentinos para sorprender al rival: la
precisión de Olguín (cuya pelota no pudo cortar Chumpitaz), la chispa de Kempes
para acelerar la jugada sabiendo que la marca se le venía encima y el criterio
del desmarcado Bertoni para entender la necesidad de tirar una pared que dejó
libre de marca al goleador valencianista. Por tanto, ese tercer gol fue el
resultado del talento colectivo y no del presunto error cometido por un solo
defensor, o sea, Manzo – el señalado de la noche – puede ser absuelto en esta
jugada magistral. En ese lance Manzo quiso hacerlo todo: encimar a Kempes en el
momento de la recepción del esférico; y cuando vio que “El Matador” soltó el
balón, entonces intentó a la desesperada y sin éxito interponerse en la línea
de pase de Bertoni. Pero como ya dije esa jugada fue muy rápida y Kempes (min.
49) remató entre cinco defensores peruanos. ¡Y ahora bien! ¿Por qué hablan injustamente
de un salto intrascendente de Manzo y nadie dice que Chumpitaz, Velásquez,
Quesada y Duarte fueron meros espectadores del talento argentino? Cuarto: en
el segundo tiempo, la Albiceleste trenzó buenas jugadas colectivas para
apuntalar la goleada y tuvo más la pelota en cancha ofensiva. Hablando de
los goles observemos que en el 4x0 Larrosa centra desde la banda izquierda,
Passarella saltó más que “Rojitas” para cabecear al medio y ahí estaba Luque
(min. 50) para empujarla con su testa en modo “palomita”; en el 5x0 Ortiz
recibió el balón de Kempes, entra al área “como yo por mi casa” (Manzo no pudo
pararlo) y cruza para que Houseman (min. 67) la empuje casi cayéndose luego de
anticiparse a “Rojitas”. La jugada fue tan rápida que Chumpitaz ni se molestó
en tapar el centro de Ortiz. Y en el 6x0 funcionó la fe de Ortiz para cazar un
error de Gorriti, que no consiguió retener el balón y lo dejó prácticamente servido
para el punta izquierda albiceleste que se lo llevó y rápido conectó con Luque
(min. 72), que remató fuerte ante la tentativa de cierre de “Rojitas”. En fin,
Argentina le pasó el rodillo a Perú. Quinto: el once peruano llegó a su
punto más bajo del tono físico como colectivo. Entre los días 3 y 21 de
junio de 1978 ellos jugaron seis partidos de máxima exigencia y cuando no se
está bien preparado físicamente lo normal es que el grupo naufrague ante
equipos con mayor presencia física y más oficio futbolístico. Menotti siempre ha
dicho que los peruanos estaban debilitados y con menos fuerza para seguir el
ritmo de los argentinos y eso se fue viendo según transcurrió el tiempo. Después
de los primeros 20 minutos (y sobre todo en el tiempo complementario), Muñante
y Oblitas fueron perdiendo velocidad por las bandas y la defensa rival
consiguió controlarlos mejor con anticipación y a leñazos también; Cubillas no
era el mismo de la Primera Ronda y, como la fatiga lo dominó, apareció muy poco
en todo el juego; Cueto no podía más y aun así nunca se escondió pues la pelota
seguía pasando por él; Chumpitaz era el más veterano y también lo pasó mal con las
incursiones de los atacantes rivales, que dejaron en evidencia su agotamiento; Velásquez
parecía mantener su tono potente y “El Chueco” lo sustituyó para no jugar con
diez hasta el pitazo final. Tal vez esa noche lucían menos extenuados los
experimentados Quesada y Manzo así como los jovencitos Duarte, “Rojitas” y
Gorriti (el sustituto de “El Patrón”) y el más fresco era, sin dudas, “Chupete”
Quiroga. A eso se suma el factor moral de no aspirar a nada y encima salir
goleados con mucho partido por jugar.
6 Las declaraciones polémicas
post-partido y post-Copa ’78 reflejadas en la literatura están presas entre evidencias, suspicacias, certidumbres, incertezas y
acusaciones que alimentan distintas subjetividades perversas o no. Ese es el
ejemplo de los libros How they stole the
game, del inglés David Anthony Yallop (1999) y El hijo del “Ajedrecista” 2, del colombiano Fernando Rodríguez
Mondragón (2008), que en sentido general intentan explicar algunas presuntas manifestaciones
sórdidas que están detrás de ese partido: un acuerdo entre gobiernos dictatoriales
(Jorge Videla y Francisco Morales Bermúdez) al amparo de la Operación Cóndor;
la supuesta mediación de narcotraficantes colombianos del Cartel de Cali entre
ambos gobiernos incluyendo la Federación Peruana de Fútbol (FPF); el hipotético
ofrecimiento de jugosas sumas de dinero proveniente de los narcos a jugadores y
técnicos peruanos por dejarse golear; los actos de corrupción de la FIFA. El
argentino Ricardo Gotta (2008), en su libro Fuimos
campeones: la Dictadura, el Mundial 78 y el misterio del 6 a 0 a Perú,
también cree que hubo arreglo y explica sus opiniones apelando a razones
futbolísticas que percibió analizando fríamente ese Match. En fin, se habla de un partido amañado, arreglado,
trapichado para Argentina llegar a la final; pero muy pocos dicen que Brasil
también quiso ofrecer un “premio gordo” para que la Bicolor perdiese por menos
de cuatro goles. Leguía dijo que fue el interlocutor de esa oferta y al
comunicarla al colectivo fue fustigado por sus compañeros. Como yo conozco a mi
gente tengo una pregunta que no quiero callar: ¿hasta qué punto João Havelange
– a la sazón Presidente de la FIFA y excelso negociante – estaba enterado (o
no) de tales componendas? Por otra parte, existe el libro del también argentino
Pablo Llonto (2005) titulado La vergüenza
de todos (el dedo en la llaga del Mundial 78), que ofrece otra versión
contraria al arreglo de ese partido y afirma categóricamente que durante la Copa
celebrada en junio de 1978 acontecieron cosas mucho más graves que costaron
vidas humanas.
7 Las incontinencias
verbales de los peruanos son punto y aparte
porque aún les duele lo vivido en la famosa “Caldera del diablo” de Rosario. “El Patrón” Velásquez un día dijo que
ponía las manos en el fuego por sus compañeros y a pocos meses del Mundial de
Rusia 2018 acusó a seis de ellos de venderse y que él fue sustituido cuando los
argentinos ya ganaban 2x0. Por una parte, sólo citó a Manzo, Gorriti, Muñante y
Quiroga guardándose dos nombres supuestamente para no estropear la carrera de
ellos. Y también inculpó al estratega Calderón (fallecido en 1987 en el
accidente aéreo del Alianza Lima). Aclaro los hechos: Manzo jugó muy mal;
Gorriti (fallecido en 2015) cometió una pifia de colegial con el juego decidido
a favor de la Albiceleste y nada más; Muñante fue desapareciendo del partido
hasta tornarse una sombra y Quiroga no tuvo responsabilidad en los seis goles que
encajó, inclusive su defensa lo dejó vendido sobre todo en el doblete de Kempes
y en el segundo gol de Luque, que cerró el score.
Y, por otra parte, “El Oso” Calderón
lo sustituyó cuando el partido estaba 4x0 porque había sido amonestado y de la
forma que estaba jugando esa noche podría acabar expulsado. “El Loco” Quiroga desmintió las palabras de Velásquez. Pero cuando ha dado
entrevistas dijo que Perú llegó a ese juego con muchos lesionados. Me pregunto ¿dónde
está el parte médico como prueba de esa afirmación? Nunca se habló de jugadores
lesionados a no ser “El Panadero” Díaz, que sólo duró 11 minutos frente a
Brasil. “La Cobra” Muñante también le
contestó a su excompañero de selección nacional destacando la jugada que casi
acaba en gol al filo del décimo minuto y afirmó que él fue el mejor peruano en
ese partido (después de esa polémica falleció el año pasado víctima de cáncer).
En fin, “JJ” Muñante era muy desequilibrante por la banda derecha y asistía con
solvencia a sus colegas, precisamente una asistencia suya fue bien aprovechada
por Velásquez para “abrir la lata” ante Irán; pero siendo serios debemos
reconocer que la definición entre los tres palos no era su punto fuerte en la
Bicolor pues firmó sólo seis tantos en 48 internacionalidades durante el lapso
1967-1978 para una discretísima frecuencia de goles de 0,125. En esa noche
aciaga “El Ciego” Oblitas estuvo
mejor que él a la hora de participar del juego. A propósito, el actual Director
Deportivo de la FPF ha manifestado que siente mucha vergüenza por la imagen
dada por su equipo aquella noche y afirmó que hubo cosas raras. ¡Hasta ahí todo
bien! Pero después criticó a los argentinos y eso incomodó a Kempes, que le
exigió pruebas. Y, entonces, el ejecutivo peruano tuvo que callarse de
inmediato. Y volviendo a Velásquez debo decir que él afirmó haber sido parte de
una comitiva de seis jugadores que le pidieron al entrenador que no alinease a
Quiroga por ser argentino. Muñante ofreció una versión distinta – que Quiroga
confirmó. “JJ” aseveró que hubo una conversación, en la cual él tomó la palabra
preguntándole al arquero rosarino si estaba dispuesto a atajar en la cancha que
lo vio surgir como futbolista profesional y la respuesta fue positiva. No es
menos cierto que Calderón tenía sus dudas; pero le ratificó la confianza a su
portero.
En fin, Perú no igualó ni superó en esta Copa Mundial la actuación exhibida
en México ’70. Pero la vida futbolística continuaba y otros desafíos estaban
por venir: la Copa América ’79 y el Mundial de España ’82, qua abrió la era de
los torneos con 24 equipos.
¡Arriba Perú, que Rusia te espera…! [Tercera Parte]
El Mundial de México ’70 significó algo así como un instante de debut
y despedida para jugadores como Rubiños, Campos, Fuentes, León, Gallardo, Del
Castillo (no jugó), Cruzado y Baylón. La mayoría de ellos por su veteranía. El
caso de Baylón es punto y aparte porque tenía calidad técnica y un buen
somatotipo; pero sus condiciones físicas no eran óptimas (su rodilla lesionada
y sus problemas para controlar su peso corporal) y no llegó a ser el jugador
que se esperaba para la Bicolor. No obstante, México fue un grande torneo para
Perú con dos victorias e igual número de reveses (ante dos potencias como
Alemania Occidental y el campeón Brasil). ¡Hasta hoy es la mejor actuación
peruana en Copas Mundiales!
Saludo entre grandes capitanes: Chumpitaz y Carlos Alberto antes del juego decisivo ganado por Brasil (1970)
En 1973 comenzó un nuevo proceso eliminatorio bajo el comando del
técnico uruguayo Roberto Scarone, cuyo currículo era mucho más exitoso que el
de Didí. Después de dirigir dos veces en Perú al Centro Iqueño en los ’50
(campeonando en 1957), Scarone escribió páginas gloriosas con aquel Peñarol
tricampeón de la Liga Uruguaya (1959-1961), bicampeón de la Copa Libertadores
de América (1960-1961) y campeón de la Copa Intercontinental (1961). Tales
lauros le permitieron ser parte del cuerpo técnico que llevó a Uruguay al
Mundial de Chile ’62. Después se fue a México y se proclamó campeón con el
América (1966); y regresó a su país para salir campeón con el Nacional ese
mismo año. Con esa experiencia llegó a la “U” y con ella se adjudicó dos
campeonatos (1969 y 1971) y un subcampeonato en la Libertadores de 1972. Scarone
parecía ser el entrenador que Perú necesitaba para seguir yendo a la Copa del
Mundo.
El estratega oriental llamó a filas a los mundialistas Chumpitaz (31), “Chito” De La Torre (30),
Fernández (34), Mifflín (27), Chale (27),
Cubillas (24), “Cachito” Ramírez (27) y Hugo Sotil (24, atacante), que se ganó el
puesto para ir a México con su alto rendimiento en el Descentralizado
defendiendo al Deportivo Municipal y en partidos amistosos de la Blanquirroja. Al
“Chumpi”, a “Cachito”, a Fernández y a Chale los conocía Scarone desde su paso
por el equipo crema. En 1973 los dos primeros continuaban en la “U” y los otros
dos ayudaron al Defensor Lima a conquistar su único campeonato nacional en ese
mismo año. “Chito” y Mifflín seguían en el Cristal; “El Cholo” en el “Muni” y
“El Nene” jugaba fuera del Perú, o sea, en el FC Basilea (Suiza). A ellos se unieron otros jóvenes talentosos
como los cremas Juan José Muñante (25, extremo derecho) y Juan Carlos Oblitas
(22, extremo zurdo); el “grone” José Velásquez (20) y el “celeste” Alfredo “Flaco” Quesada (23), que
se desempeñaban como volantes de marca. En el sistema defensivo estaban: el
portero Manuel Uribe (32, Defensor),
los marcadores centrales Rodulfo Manzo
(23, Defensor) y Carlos Carbonell (21, U); y los laterales Julio Luna (U) y José Navarro
(24, Municipal). Otro “grone” Manuel
Mayorga (30) reforzó la media cancha y Héctor Bailetti (25, Defensor) el
ataque.
En el juego decisivo, el guardameta Juan Olivares ataja el balón ante Sotil para asegurar la victoria chilena (1973)
El rival a batir era Chile en el Grupo 3 (Venezuela no jugó). Primero Perú
ganó en Lima con doblete de Sotil; y días después La Roja Austral les devolvió
el mismo score en Santiago. Scarone
alineó dos veces a Uribe – Luna, Navarro, Manzo, Chumpitaz (capitán) – Chale,
Mayorga, Quesada – Cubillas, Ramírez, Sotil. Para el juego de desempate pactado
tres meses después en Montevideo, Scarone hizo algunas modificaciones con el
objetivo de ganar y formó con: Uribe – Navarro, Chumpitaz (capitán), Carbonell,
De La Torre – Chale, Mifflín, Sotil – Muñante, Bailetti, Ramírez. La Bicolor
salió delante y muy rápido le empataron. Finalmente, Chile hizo el tanto del
triunfo para eliminar a Perú y seguir avanzando rumbo a Alemania ’74. Cubillas
no rindió como en 1969 y Muñante se ganó el puesto para apoyar a los goleadores
Ramírez y Bailetti (a quien Scarone tuvo en la “U”). Ese fue el final en la
Bicolor para los mundialistas Chale, De La Torre, Fernández y Mifflín. “El
Cholo” Sotil fue la mejor pieza ofensiva con dos goles y luego se lo llevaron a
jugar junto al holandés Johan Cruijff en la delantera del FC Barcelona de
España.
El desafío de clasificar para el siguiente Mundial se vivió con mayor
esperanza. En 1975 Perú se proclamó campeón de América por segunda vez. Disputó
un torneo sin una sede fija y no fue fácil mantener un buen rendimiento con
tantos viajes durante tres meses. En ese éxito fue clave el trabajo de Marcos
Calderón, que hasta hoy es el técnico nativo más laureado del Perú. Su primer
título fue con su amado Sport Boys (1958), después obtuvo tres con la “U”
(1964, 1966-1967); y antes de ser nombrado estratega bicolor campeonó con el
equipo celeste del Rímac (1972). Por tanto, trabajó con una parte de los
futbolistas que fueron convocados por Didí y Scarone. De toda esa pléyade de
jugadores conocidos suyos sólo quedaba como seleccionable el veterano Chumpitaz (33), que todavía estaba en el equipo
merengue. Las demás estrellas de la selección mundialista, como Cubillas (26),
Sotil (26) y “Cachito” Ramírez (28) nunca habían trabajado con él. Pero
Calderón conocía muy bien a Ramón “El Loco” Quiroga (24), Quesada (25), Eleazar
Soria (27) y Percy Rojas (25). Salvo Quiroga, los demás fueron piezas claves en
la conquista de la XXX Copa América ’75.
Julio Meléndez y Héctor Chumpitaz sostienen la Copa América obtenida por Perú en 1975
Cuando Calderón asumió la dirección técnica de la Blanquirroja llenó
de alegría a la afición peruana con el título continental de 1975 y con la
vista puesta en el futuro de la fase clasificatoria del Mundial de 1978 siguió
confiando en el capitán “Chumpi” (35)
y demás veteranos como “Cachito” (30, U),
Cubillas (28, FC Oporto/Portugal), Sotil
(28, Alianza), los celestes Quesada (27) y Navarro (28), Soria (29,
lateral del Cristal); incorporó al experimentado defensor Julio Meléndez (35, zaguero central del Juan Aurich). Todos se
mantenían rindiendo a buen nivel. Además, Calderón dio paso y más
responsabilidades a nuevas figuras que también ayudaron a conquistar la Copa
América ’75: los universitarios Oblitas
(26) y Rubén Toribio “Panadero” Díaz (25, lateral zurdo), el centrodelantero Rojas (27, Independiente/Argentina) y Velásquez (24, Alianza), que sólo jugó un partido como titular.
Además, Calderón recuperó a Muñante (28,
Pumas UNAM/México). Al inicio el portero fue Ottorino Sartor (31, Colegio
Nacional de Iquitos), que fue titular en el logro del ’75 (en ese mismo él año defendía a los cremas en el
Torneo Descentralizado); pero después, de cara a las eliminatorias
mundialistas, Calderón se decidió por “El Loco” Quiroga (26, Sporting Cristal), que había nacido en Argentina y se
nacionalizó peruano para tapar por la Bicolor.
La Blanquirroja jugó seis partidos rumbo a Argentina ’78. El
rendimiento en los cuatro juegos del Grupo 3 fue óptimo: dos empates como
visitante en Quito y Santiago; y par de victorias en Lima goleando a los
ecuatorianos y doblegando a los chilenos, que cuatro años atrás se habían
atravesado en el camino de la Bicolor. Después jugaron dos partidos en la ronda
final (con Cali como sede) y obtuvo resultados dispares: derrota por la mínima
ante Brasil y una semana después golearon a Bolivia para clasificar. Calderón tuvo
como alineación base: Quiroga – Soria o Navarro, Meléndez, Chumpitaz, Díaz –
Quesada, Velásquez, Rojas o Cubillas – Muñante, Sotil, Oblitas. Este último fue
la figura de las eliminatorias con cuatro perforaciones y lo secundó “El
Patrón” Velásquez con tres.
Francisco Morales Bermúdez (Presidente del Perú) con la camisa de Julio Meléndez canta el Himno Nacional junto al veterano defensor y a Marcos Calderón tras la victoria ante Chile en Lima (1977)
De cara a Argentina ’78 Calderón no cometió el mismo error de Didí,
que se aferró a los mismos titulares que consiguieron la clasificación para
México ’70. Meléndez, “Cachito” y Soria quedaron fuera de la convocatoria; Rojas,
Sotil, Quesada y Navarro no fueron titulares absolutos en la Copa. Tales
puestos en el once inicial fueron ocupados por el veterano zaguero Manzo (29,
Deportivo Municipal), recuperado para la causa; y los jóvenes del Alianza Lima
Jaime Duarte (23, lateral), el zurdo César Cueto (26, volante ofensivo) –
campeón de América ’75 – y Guillermo La Rosa (24, atacante).
Tanto Scarone como el “Oso” Calderón dieron continuidad al trabajo
iniciado por Didí con el objetivo de montar un equipo nacional competitivo.
Scarone ni se quedó a medias en su labor y el “Chueco” sobrepasó las
expectativas con la supremacía continental en 1975 seguida por una excelente clasificación
a la Copa de 1978.
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¡Arriba Perú, que Rusia te espera…! [Segunda Parte]
Perú fue uno de los participantes de la primera Copa del Mundo en
Uruguay (1930) y le fue mal: dos juegos y par de derrotas (una de ellas ante
los anfitriones Celestes, que terminaron campeonando). En 1935 Perú obtuvo el
tercer lugar en el XIII Campeonato Sudamericano (antiguo nombre de la actual Copa
América). Al año siguiente acudió a los Juegos Olímpicos celebrados en Alemania
y tuvieron una participación destacada, que fue mancillada por la actitud
cobarde de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) doblándose
ante un reclamo absurdo de Austria, que fue incapaz de vencer a la
Blanquirroja. Seguidamente, en 1938 los peruanos ganaron la Medalla de Oro de
los Juegos Bolivarianos. Y, después, la Federación Peruana de Fútbol (FPF) organizó
en Lima el XV Campeonato Sudamericano de 1939, que la selección bicolor venció
de forma invicta.
En dicho certamen de 1939 brilló Teodoro “Lolo” Fernández como líder
goleador y mejor jugador del torneo. El ídolo del Universitario de Deportes –
más conocido como la "U” – había rendido a alto nivel en 1935, 1936 y 1938. Por
eso fue una de las grandes figuras del fútbol peruano en los ’30 y ’40. Esa fue
la era amateur (1926 – 1950), cuyos equipos más ganadores fueron los cremas de la “U” y los blanquiazules del Alianza Lima (con siete y seis títulos
respectivamente). ¡Ese es el gran clásico del fútbol peruano! El Deportivo
Municipal (una de las alternativas de la máxima discordia deportiva) ganó
cuatro veces y fue el máximo subcampeón (seis veces). Es decir, había un
dominio de los equipos de la capital.
Los años ’50 marcaron en comienzo de la profesionalización del fútbol
peruano con equipos limeños y del Callao. La selección nacional fue a otros Campeonatos
Sudamericanos y se destacó como tercero (1955) y cuarto (1957; 1959). Pero nada
de clasificar a los Mundiales de aquella época: no participó de las
eliminatorias para las Copas de 1950 y 1954; se jugó su clasificación para la
Copa de 1958 a doble partido con Brasil (empate en Lima y derrota por la mínima
en Rio de Janeiro); camino a la Copa de 1962 tampoco pudo con Colombia (derrota
en Bogotá e igualada en Lima); y la para la Copa de 1966 fue parte del Grupo 1
superando dos veces a Venezuela y perdiendo por partida doble con Uruguay (que
también despachó a la “vino tinto”).
Durante la década de 1960, específicamente en 1966, la liga
profesional peruana deja de ser centralista (eje Lima-Callao) y se abrió a
clubes de otras provincias. Es decir, se democratizó para tornarse un verdadero
campeonato nacional. De ahí su nombre tan peculiar: Torneo Descentralizado. Por
entonces, ya estaba en Perú un señor nacido en Brasil llamado Waldir Pereira y
conocido como “Didí”. Él fue un futbolista maravilloso, elegante y pieza clave
del mediocampo de los Bicampeones Mundiales. Un gol suyo – de falta lanzada a
su estilo “Folha Seca” – privó
a los peruanos de asistir a su segunda Copa del Mundo. Eso aconteció en el
Maracanã un domingo 21 de abril de 1957.
Didí era un especialista en las jugadas a balón parado
Entre 1962 y 1964, Didí había tenido una experiencia como jugador y
entrenador en el Sporting Cristal. Pero en el lapso 1967 – 1969 ya se había
asentado como estratega llevando a los Celestes del Rímac al Subcampeonato en
1967 y después a su primer título del Torneo Descentralizado en 1968 (tercero
en la era profesional). Además, ese equipo jugó bien en la Copa Libertadores de
América ’68. Aunque fue imposible obtener la clasificación para las Semifinales
el once rimense, al igual que en 1962, no perdió ningún partido.
Con las buenas presentaciones de los Celestes del Rímac, tanto en
territorio peruano como en el exterior, Didí se convertiría en el técnico de
moda del fútbol peruano. Se puede decir que con su estilo de hacer jugar al
equipo rimense y con la convicción inculcada a sus pupilos de que siempre debían
luchar por la victoria, Didí parece haber provocado una revolución en el fútbol
peruano de fines de los ’60. Eso tal vez explique su designación como Director
Técnico de la Selección Nacional en 1969 con el desafío de armar un equipo
competitivo para clasificar a la Copa del Mundo. En 1957 Didí no dejó a los
peruanos ir a Suecia y doce años después tuvo en sus manos ayudarlos a asistir
a México, y no decepcionó.
Perú tenía que jugar, en el mes de agosto de 1969, cuatro partidos
(ida y vuelta) en el Grupo 1 contra Bolivia y Argentina. El coco del Grupo 1
fue Bolivia porque nadie le pudo ganar en La Paz: Argentina salió goleado y a
Perú le voltearon el juego (terminó jugando con nueve y – en la hora cero – “Chumpi”
batió a su colega Rubiños). Una semana antes, la Blanquirroja había debutado
doblegando por la mínima a Argentina en Lima; y en la semana después de la
debacle en la altura, los peruanos masacraron a los bolivianos (que tampoco
pudieron con Argentina en Buenos Aires a la semana siguiente). Así quedó lista
la escena para el juego decisivo. El domingo 31 de agosto de 1969 en el Estadio
bonaerense “La Bombonera” (el cuartel general del Boca Juniors) Perú se asomaba
dependiendo de sí mismo para ir a México.
De cara a ese match decisivo, Didí tuvo que
hacer una modificación en el ataque y decidió buscar más velocidad alineando a
Oswaldo “Cachito” Ramírez (23), líder goleador del torneo ’68 con el Sport Boys
(26 perforaciones). Esa decisión le rindió frutos a Didí porque “Cachito”
hizo dos golazos con sendos contraataques en el segundo tiempo, que obligaron a
la Albiceleste a jugar siempre a remolque.
"Cachito" Ramírez y "Nene" Cubillas conmemoran el gol de la clasificación
Pero también, en privado, Didí le había dado carta blanca al “Niño
Terrible” Chale para jugar como quisiese y él interpretó la orden de su técnico
como la oportunidad de hacer “el otro fútbol”, es decir, esas picardías de
barrio que irritan al contrario y a su afición. Su víctima fue Juan Carlos
Rulli (33) a quien sacó de quicio peloteándole la cabeza. Ante el descontento
de Rulli los argentinos fueron casi en masa a recriminarle a Chale; la afición
tenía deseos de lincharlo y lanzó objetos al terreno; los peruanos aguantaron
la presión y arroparon a su jugador en medio de la gresca; y el árbitro, que lo
vio todo, ni lo sancionó porque no interpretó esa guasa provocativa como un
acto de agresión (que no fue) o de falta de respeto al colega. Después el
volante de Racing Club fue sustituido en la mitad del partido; y Chale continuó
en cancha perturbando a los argentinos. Esa picardía de Chale y los oportunos
tantos de “Cachito” fueron dos aspectos puntuales que no eclipsaron en el buen
juego colectivo de la bicolor en la caldera xeneize. ¡Fue una tarde gloriosa e
inolvidable para Perú! La bicolor fue capaz de prolongar el buen rendimiento de
los clubes peruanos en la Copa Libertadores ante los grandes equipos
argentinos.
¡Lo que pasó en México al año siguiente ya lo sabemos! Por eso me
interesa más comentar cómo Didí buscó la excelencia creando una base que
aglutinaba juventud, experiencia y, sobre todo, mucho talento. Del proceso
clasificatorio de 1965 todavía eran seleccionables para Didí: Luis Rubiños (29), Eloy “El
Doctor” Campos (28), Héctor Chumpitaz
(27), Víctor “Pitín” Zegarra (29), Pedro
Pablo “Perico” León (27), José Fernández (30) y Luis “Colorado” Cruzado (28).
Los dos últimos fueron de la partida bicolor que jugó contra Colombia en la fase
de clasificación de 1961. De todos ellos, Fernández era el más veterano en la blanquirroja
porque jugó el XXVI Campeonato Sudamericano de 1959. Además, Zegarra, León, Rubiños,
Campos y Alberto “El Jet” Gallardo (29)
disputaron el XXVIII Campeonato Sudamericano de 1963. En el caso de Campos y Gallardo
participaron como una selección juvenil en los Juegos Olímpicos de Roma 1960. Siete
de los mencionados llegaron a la Copa del Mundo ’70 por su trabajo en las
eliminatorias. De esos siete, sólo Gallardo no había jugado un torneo grande y por
eso fue uno de los 16 jugadores del plantel mundialista que por primera vez tuvieron
la oportunidad de representar a Perú en un gran campeonato.
En su etapa como jugador-entrenador en el
Sporting Cristal Didí tuvo como compañeros a los atacantes Gallardo (puntero
izquierdo) y José “Pepe” del Castillo (26, delantero y medio); los defensas Campos
(lateral derecho) y Orlando “Chito” de La
Torre (26, zaguero central); y el guardameta Rubiños. Cuando Didí volvió
para desempeñar exclusivamente la función de técnico tuvo la posibilidad de
contar con ellos y campeonó en 1968.
Once jugadores del Sporting Cristal con el Cuerpo Técnico y tal vez un directivo. Didí es el primero a la izquierda entre los parados. En la segunda línea de sentados desde la izquierda están Campos (segundo), Rubiños (cuarto) y De La Torre (quinto). Y en el frente aparecen Del Castillo (primero a la izquierda) y Gallardo (en el centro) [1968? o 1969?]
En el proceso eliminatorio del verano de 1969, Didí tuvo una gran
confianza en el trabajo de Rubiños (portero menos batido del campeón vigente), De
La Torre y Gallardo (que se lesionó en el tercer juego). Campos se ganó el
puesto para los juegos decisivos. Pero Del Castillo estuvo lesionado y no tenía
ritmo de competencia para rendir. Entonces, Didí llamó a otro buen centrocampista:
Ramón “El Cabezón” Mifflin (23). Él
sería el complemento que fortalecía dando equilibrio al once titular por ser el
motorcito organizador y canalizador del juego en el conjunto rimense. Pero en
el segundo partido fue expulsado y quedó fuera de la alineación para los topes
decisivos. No obstante, tenía la total confianza de su entrenador.
La "U” era el mejor equipo de Perú en aquella época y encaraba a los
mejores del Continente. Eso a Didí no le fue indiferente y, por tal razón,
confió mucho en la jerarquía del zaguero Chumpitaz y en el juego eléctrico del medio
Roberto Chale (23). Además,
reconoció la experiencia del volante Cruzado y de los defensores Nicolás “El Cordobés” Fuentes (28,
lateral izquierdo) y Fernández (central).
Alianza Lima era otro equipo “macho” del campeonato peruano y se
destacaba por su ataque denominado el “Rodillo Negro”. La nueva versión desde
1966 estaba integrada por: el centrodelantero “Perico” León; el punta derecha Julio “Tanque” Baylón (18); los interiores
Teófilo “Nené” Cubillas (21,
izquierdo) y “Pitín” Zegarra (derecho); y el puntero izquierdo Luis “Babalú”
Martínez (que también podía jugar por la derecha). Finalmente, Didí decidió
prescindir de los dos últimos sabiendo que “Pitín” Zegarra era una de las
grandes figuras del Torneo Descentralizado con los “íntimos” y de la Selección
Nacional.
El once base de Didí (1969 – 1970) fue el arquero Rubiños (1); los
laterales Campos (2) y De La Torre (3) junto a los centrales Chumpitaz (4, Capitán)
y Fuentes (5) formaban un sistema defensivo muy serio; el bajito Mifflín (6) era
el medio central y cerebro que tenía el apoyo de un interior con buena técnica
como Chale (7); Cubillas (10) con su repertorio de habilidades para
desequilibrar era el enlace con la delantera desdoblándose como punta de lanza llegando
desde la segunda línea para batir el pórtico rival; la avanzada era comandada
por el poderoso ariete León (9), que también podía generar juego desde el medio
sector, completaban el frente de ataque los potentes y veloces extremos
Gallardo (11) y Baylón (8), este último – según su técnico – se desempeñaba al
estilo de Garrincha.
Fue así como “Mister Football”
Didí moldeó aquella generación de futbolistas peruanos que llegó muy ilusionada
a México. Años después, Chale dijo que los jugadores se identificaron con Didí
porque fue un superclase y, sobre todo, porque daba toques de balón junto a
ellos en cada entrenamiento. Es decir, expresaba Chale, cuando los atletas
veían a su entrenador manejando la pelota con tanta excelencia era más fácil la
comunicación con él y también inspirarse a jugar mejor dejándolo todo en la
cancha.
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¡Arriba Perú, que Rusia te espera…! [Primera Parte]
Esta semana se cumplieron 16 fechas de las eliminatorias de Sudamérica
para la Copa del Mundo Rusia 2018. La selección más destacada fue Perú por ser el único equipo que ganó
sus dos partidos. Detalle: fueron sendas victorias por el mismo marcador (2x1)
ante Bolivia en Lima, y frente a Ecuador en Quito (donde hacía mucho tiempo que no
ganaba). Ambos resultados catapultaron a la Blanquirroja del octavo al cuarto
lugar de la tabla. Hoy se vive una euforia inmensa porque Perú está en zona de
clasificación directa y depende de sí mismo para confirmar su clasificación. Por
ironías del destino, en marzo de este año la “selección inca” había obtenido
cuatro puntos de seis posibles. Pero
nadie daba ni un duro por ellos porque a pesar de ese logro todavía estaban en la
octava colocación y lejos de los punteros; aunque con
más esperanzas que certezas de llegar a los puestos de destaque. Edison Flores
fue la pieza clave con dos perforaciones (una en cada juego y siempre para
abrir la lata).
Edison Flores es el símbolo de la alegría blanquirroja (2017).
La última vez que vi a Perú con chances para ir a un Mundial fue en
1997 (hace casi 20 años). Justo en la fecha 16, un 10 de septiembre, la
Blanquirroja consiguió una grande victoria en Lima ante Uruguay por score de 2x1; y viniendo de abajo. Esa
noche, los charrúas salieron delante con un tanto de “el chino” Recoba; pero “el
chorri” Palacios y “el avestruz” Carty inclinaron la balanza a favor del “once
inca”. Ese resultado los colocó en el cuarto lugar, que en aquel momento
significaba estar en la zona de clasificación directa (no había un quinto cupo destinado
al repechaje como ahora y Brasil por su condición de Campeón del Mundo estaba
clasificado automáticamente). Entonces, sólo faltaban dos partidos y Perú dependía
de sí misma. Pero fueron goleados en Santiago de Chile por La Roja “Austral” durante
la fatídica noche del 12 de octubre; y de nada sirvió derrotar en casa a
Paraguay en la última jornada un mes después. Precisamente, por mejor gol average, Chile asistió a la Copa del
Mundo Francia 1998.
Chile volvió a atravezarse en el camino de la Blanquirroja (1997).
Ahora bien, todos nos acordamos de la mejor ocasión que tuvo Perú de
ir a una Copa del Mundo. El 30 de junio de 1985 Perú encaró a Argentina en el
Estadio “Monumental” de Buenos Aires. Era la última fecha del Grupo A y el ganador
obtendría una plaza directa para la Copa del Mundo del año siguiente. Fue un
gran partido; pero sólo voy a reproducir – a mi manera – dos de los momentos dramáticos
claves de aquel match:
Un narrador peruano: La tiene “el patrón” Velásquez en el medio de la cancha, Burruchaga le persigue, Maradona se
interpone en su camino, la pelota le cae a Cueto, “el poeta de la zurda” se lleva
la esférica por fuerza y convicción ante la férrea marca de los argentinos,
levanta la cabeza y profundiza para “Patrulla” Barbadillo, que deja atrás a dos
defensas y al “Pato” Fillol, remata y ¡¡¡goooool de Peruuuuuú!!! Minuto 39 de
la primera parte, Argentina 1 – Perú 2; y con este resultado estaremos en el
Mundial de México…
Un narrador argentino: Garré ejecuta el tiro de esquina desde la izquierda, Maradona entra para
rematar; pero Olaechea despeja el balón, Burruchaga recoge el rechace y lanza en
profundidad al costado derecho, Passarella recepciona con giro, la baja, remata
al arco, y ¡¡¡goooool de Argentinaaaaa!!! Sobre la línea la empuja “el tigre”
Gareca en el Minuto 81 del segundo tiempo, Argentina 2 – Perú 2; y nos vamos a
México…
Con el gol de Gareca comenzó el crédito al "Bilardismo" (1985).
Si, mis queridos contertulios, Perú estuvo a muy pocos minutos de ir a
México sin necesidad de repechaje. Uno de los causantes de aquella decepción es
el actual Director Técnico de la Blanquirroja: Ricardo Gareca. Y uno de los que
sufrió en la piel esa desilusión se desempeña hoy como Director Deportivo de la
Federación Peruana de Fútbol (FPF) y avaló el fichaje del “Flaco”: Juan Carlos
Oblitas. Gareca y Oblitas – que fueron atacantes rivales ayer y hoy son funcionarios
aliados – quieren lograr el milagro peruano. Como ya sabemos, “el ciego”
Oblitas comandó a la Blanquirroja en las eliminatorias rumbo a Francia ’98 y se
quedó a dos partidos de conseguir la ansiada clasificación. En esta semana, Gareca
acaba de llegar al mismo punto de la marca de Oblitas y aún quiere más. ¿Será que
el próximo mes de octubre Perú obtendrá buenos resultados contra Argentina (presumiblemente
en “La Bombonera” de Buenos Aires) y ante Colombia en Lima? ¡Ya veremos…!
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