SERIE DE CAMPEONATO
DE LA LIGA AMERICANA
Los Red Sox golpearon
fuerte con dos Grand Slams de película del sábado
Boston Red Sox derrotó “cómodamente” a Houston Astros con marcador de 9x5 y
cumplió con el objetivo de ganar por lo menos un juego como visitante. Dicen
que “al que madruga, Dios lo ayuda” y los Red Sox consiguieron producir ocho
carreras en los dos primeros innings para sacar de juego tempranamente a los
Astros. En la primera entrada, Kyle Schwarber disparó un doblete ante el
abridor Luis García, que después eliminó a dos bateadores; pero transfirió a
Rafael Devers y a Alex Verdugo. Entonces, con los ángulos congestionados apareció
J.D. Martínez, que descifró una bola rápida de casi 94 millas por hora, servida
del medio hacia fuera del home plate, y la despachó por la banda derecha para
limpiar las bases. En el segundo, García perdió la goma con cuatro rectas y
boleó a Kevin Plawecki, y su Mentor Dusty Baker Jr. le pidió la bola y trajo a
Jake Odorizzi para evitar que los Red Sox se escaparan en el marcador; pero
sucedió lo contrario. Christian Arroyo y Kike Hernández ligaron sencillos para
llenar la casa. Con un out compareció Rafael Devers y, halando para su mano una
Cutter, de casi 89 mph, en zona pegada, “le dijo andando”. Más tarde, frente a
Odorizzi, le tocó a Hernández – otra vez él – sacarla del diamante por el mismo
lugar de siempre (Left Field) pues cazó una Splitter, a más de 83 mph, en zona
baja y pegada. ¡Dos Grand Slams en innings seguidos no se da todos los días! Mientras
tanto, Nathan Eovaldi (1 – 0) lanzaba con tranquilidad sin mostrar su faceta de
ponchador (ayer sólo propinó tres). Detalle: en el inning de apertura, Eovaldi
sacó dos outs y permitió un hit; a partir de ahí hasta el cuarto episodio retiró
por su orden a la novena completa; justo cuando tenía esa entrada en punto de
mate con par de outs llegó su peor momento en el juego porque Yordan Álvarez le
negoció el boleto con un turno al bate bien trabajado, que obligó a Eovaldi
usar casi todo su repertorio (Recta, Curva, Splitter, Cutter y sólo le faltó
tirar su Slider); acto seguido, sobre lanzamientos en zona bateable Carlos
Correa conectó un lineazo de hit, Kyle Tucker largó un doblete para traer una
rayita y Yuli Gurriel dio una “cabilla” impulsora de par de carreras. Después
de esa reacción de los Astros, Eovaldi volvió a retirar por su orden a cinco
bateadores hasta el sexto capítulo cuando, tras un out, compareció su pesadilla,
Álvarez, que le conectó un Rolling de hit a la pradera derecha. Alex Cora dio
por terminado el trabajo de su carta de triunfo y trajo a Adam Ottavino para
resolver la situación, y el Hombre cumplió pese a permitir un hit. Lo siguió
Garret Whitlock, que lanzó dos innings fantásticos sin permitir hits, ponchó a
dos y dio una base por bolas. Por su parte, el bullpen de los Astros trabajó
mejor después de la masacre roja esperando otra reacción de los bateadores, lo
cual aconteció en el noveno con sendos bambinazos, con bases limpias, de
Gurriel y del emergente Jason Castro frente al cerrador zurdo Darwinzon
Hernández; pero se quedaron muy cortos. Y los Red Sox conmemoraron su victoria
que empata el play off y se trasladaron al Fenway Park para intentar clavar a
los Astros como antes hicieron con los Yankees y los Rays. Los Astros harán todo
para que la serie vuelva y se decida a su favor en el Minute Maid Park pues con
su maltrecho pitcheo no los veo capaces de aplicar la escoba en Boston. No
obstante, cualquier cosa puede pasar en un terreno de pelota. ¡Hasta mañana…!
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