SERIE DE CAMPEONATO DE LA LIGA NACIONAL

Los Dodgers despertaron emocionalmente y descontaron un punto 

Cody Bellinger bateó a la hora cero

Ayer Los Angeles Dodgers vivieron una tarde de gloria cuando vencieron a los Braves de Atlanta con pizarra final de 6x5. Es muy interesante apreciar cómo la presente Serie de Campeonato entre los Dodgers y los Braves está tomando una altísima temperatura deportiva porque hasta ahora los tres partidos han sido muy reñidos y cada equipo lo está dando todo en el terreno sin guardarse nada. Cuando todo parecía encaminarse a un lapidario 3 – 0 para los Braves sucedió lo contrario porque los Dodgers se acordaron de que están defendiendo su Corona y redujeron la ventaja de su rival, o sea, pusieron el play off 2 – 1. Al principio, en el inning de apertura, los Dodgers tomaron el mando con la misma fórmula preparada por los dos idénticos protagonistas del Game 2: Mookie Betts (esta vez bateando un sencillo) y Corey Seager otra vez jonroneando para traer dos rayitas ante el pitcheo del abridor Charlie Morton. Después de ese zarpazo y con un par de outs en la pizarra, a Morton se le vio algo descontrolado y otorgó tres bases por bolas; no obstante, consiguió el Three Out y disipó la amenaza de los Dodgers, que él mismo había provocado al perder la goma. Por el otro lado estaba el Astro Walker Buehler, que lanzó bien el primer tercio de juego para mantener la ventaja parcial. Detalle: tanto en el primero como en el segundo capítulo le salvaron el Play dos jugadas de doble matanza y en el tercer episodio retiró a los tres bateadores que enfrentó. Pero el cuarto inning fue una tortura para Buehler porque le batearon cinco hits y otorgó par de boletos. Esta fue la secuencia fatídica: Freddie Freeman dio hit; tras un out, Austin Riley largó tubey al medio; Joc Pederson conectó un lineazo de hit impulsor y Adam Duval trajo en empate con otra “cabilla” de hit; la cosa se puso fea cuando Buehler se descontroló ante Travis d’Arnaud y lo boleó; con la casa llena Dansby Swanson se apuntó un hit por el campo corto para voltear el Match; y, luego de sacar otro out, Buehler volvió a “perder la brújula” y le dio pasaporte gratis a Eddie Rosario, que de forma forzada empujó una más. Hasta ahí llegó la paciencia de Dave Roberts y fue todo para Buehler, que aún no ha rendido como en la pasada postemporada 2020. A su rescate vino el zurdo Alex Vesia, que con un lanzamiento cumplió. En el quinto inning, Corey Knebel no se presentó bien pues se complicó muy rápido tolerando un metrallazo de Ozzie Albies, que para no variar estafó la intermedia; le dio boleto a Riley; y, con un Fly profundo de Joctober, Albies hizo un “pisa y corre” hasta la antesala. Roberts le aplicó la grúa a Kneber y trajo a Phil Bickford, que fue recibido irrespetuosamente por Duval con un cepillazo impulsor al medio para ampliar la ventaja parcial (anotación que fue a la cuenta de Knebel); después cayeron dos outs merced un doble play. Al mismo tiempo, Morton iba creciéndose en la lomita: trabajó cinco entradas completas, ponchó a cinco, le batearon un tercer hit y sumó seis boletos (esas dos últimas acciones no tuvieron consecuencias en el score). Brian Snitker activó su bullpen y los zurdos A.J. Minter y Tyler Matzek amarraron cortico la ofensiva blanquiazul: entre ambos permitieron un sencillo, no dieron bases por bolas y propinaron cuatro ponchetes (Fifty – Fifty para cada uno). Y Roberts continuó su trabajo metódico con su bullpen, que también hizo una labor de contención de la alebrestada artillería de los Braves: el novato zurdo Justin Bruihl, Joe Kelly, Evan Phillips y Tony Gonsolin (1 – 0) unieron sus esfuerzos para abanicar a seis, permitir dos hits y dar un par de boletos (Phillips). Entonces, llegó el momento crucial para los Dodgers ante Luke Jackson, que volvió a sufrir la igualada como en el Game 2, pero ayer fue bateado: sencillos de Will Smith y A.J. Pollock (con un out intercalado); y bambinazo de Cody Bellinger para empatar espectacularmente el Match; Chris Taylor (ese mismo que le empató el Play en el Truist Park) se sumó a la fiesta con hit y eso fue todo para Jackson (cuya cara en el Dogout era un poema otra vez). Jesse Chavez sacó el segundo out de la entrada después que Taylor se robó la intermedia; y apareció Betts con doblete por la banda contraria para traer la carrera del gane; y la cosa no terminó ahí porque los Dodgers llenaron las bases: Snitker ordenó base intencional para Seager; Trea Turner se apuntó un infield hit; pero Chavez terminó su trabajo cortando la sangría californiana. Y, acto seguido, sucedió lo que la afición, que agita los pañuelos azules, está acostumbrada a ver y disfrutar en cada noveno inning en el Dodger Stadium, o sea, un perfecto scon de ponches propinado por el cerrador Kenley Jansen a la tanda intermedia de los Braves para anotarse punto por juego salvado. El béisbol es un deporte de frías probabilidades (Bellinger no había bateado nada antes de su jonrón de oro); pero también es una catarata de emociones y eso último era lo que los Dodgers necesitaban para despertar de su letargo y volver a la senda del triunfo. La inyección de emoción contaminó a ese equipo que parecía perdido, abatido e impotente. Esta noche irán por el 2 – 2 con Julio Urías en la lomita; y los Braves sólo necesitan creer en su juego dinámico y punzante para evitar la remontada blanquiazul. ¡Esto se pone bueno…!

Foto tomada de la publicación: https://apnews.com/article/mlb-sports-los-angeles-atlanta-braves-baseball-694587505bbfd7ea2a0b00e6bf1779d2

Comentarios

Entradas más populares de este blog